En el reportaje “Por ser albino querían beber mi sangre. Ahora no me dejan salir de Melilla”, Emanuel Mukasa nos contaba cómo no había conocido a su padre ni a su madre, quienes habían muerto en la guerra. Un campesino se apiadó de él y a sabiendas de que los albinos son discriminados y asesinados en Uganda y otros países africanos para fabricar pócimas y amuletos, lo encerró en un cobertizo junto a los perros para que no tuviera contacto con el exterior. Fue la forma que, según Mukasa, encontró para protegerle durante años. Antes de cumplir la mayoría de edad, huyó hasta llegar a Marruecos gracias a la ayuda de otro hombre que le pagó el viaje, pero que antes le quitó un poco de sangre para bebérsela y adquirir los supuestos poderes sobrenaturales que se le adjudica a este rito y que ha provocado el asesinato de muchos albinos en países como Tanzania o Uganda donde «ver un albino es ver una pieza de caza», explicaba Emanuel con claridad.
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Sin embargo, Mukasa esperaba que tras entrar a nado en Melilla desde Marruecos, consciente de que en Europa se conocía la persecución que sufren los albinos en su país, se le concedería asilo y por fin encontrar «un trabajo y conseguir así algo de dinero para mantenerme a mí mismo y ser libre». Pero pasan los meses y siguiendo la política condenada no sólo por el Defensor del Pueblo sino también por ACNUR y por cuatro sentencias del Tribunal Superior de Andalucía, el gobierno sigue sin permitir a los solicitantes de asilo trasladarse a la Península. De hecho, sus tarjetas identificativas son de un color distinto a las del resto del país, rojas en lugar de amarillas.
Ya en 2010, el Defensor del Pueblo inició una investigación ante las Jefaturas Superiores de Policía de Melilla y de Ceuta, tras conocer que funcionarios policiales estaban impidiendo el traslado a la península de demandantes de asilo, provistos de la correspondiente tarjeta que les identificaba como tales, como contamos en Periodismo Humano. En el informe anual del año 2010 [pdf, pág. 317-318], el Defensor explica que los «funcionarios alegaban que tenían instrucciones de la superioridad para actuar en este sentido. Tras el inicio de la correspondiente investigación, la Administración insistió en la corrección de su actuación, en virtud de la cláusula de reserva que sobre las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla se incluyó en el Convenio de Aplicación del Acuerdo de Schengen». El Defensor volvió a mostrar su desacuerdo con la aplicación de Schengen, acuerdo al que no están supeditas las Ciudades Autónomas, puesto que el documento es expedido por el Ministerio del Interior y supone el reconocimiento del derecho a la permanencia en territorio español. El Defensor del Pueblo reiteró la denuncia de esta situación en su informe de 2011 [pdf].
Sin embargo, según fuentes del Defensor, los plazos para que la Administración Pública responda al expediente abierto puede retrasarse durante varios meses y el Ministerio del Interior no responde a las preguntas de Periodismo Humano sobre sí va a modificar la política de impedir la libre circulación de los solicitantes de asilo cuya petición ha sido admitida a trámite. Mientras, Mukasa seguirá desesperándose, «sin poder hacer nada más que preguntarme qué problema hay conmigo (…) A veces, curando rezo, también le pregunto a Dios, ¿por qué me trajo aquí?».
- Campaña de recogida de firmas «Asilo para el albino ugandés Emanuel Mukasa»
“Por ser albino querían beber mi sangre. Ahora no me dejan salir de Melilla”
10.04.2012 · Patricia Simón · (Melilla)
El ugandés Emanuel Mukasa creció encerrado en un cobertizo cuidando perros y sin contacto con el exterior. Así protegió un campesino a este albino de que fuera asesinado para usar su cuerpo para la brujería. Lleva un año y seis meses en Melilla esperando la resolución de su solicitud de asilo, desesperado por no poder hacer nada más que ver cómo otros llegan y pasan a la Península y preguntarle a Dios “por qué le ha traído aquí”.
3 thoughts on “El Defensor del Pueblo abre un expediente por el caso del albino ugandés Emanuel Mukasa”
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