El corresponsal de Periodismo Humano detenido al cubrir un salto a la valla de Melilla

Blasco de Avellaneda a la salida de su detención abrazando a su mujer, y Richard Mateos hablando por teléfono

Hoy a las once de la mañana los periodistas Blasco de Avellaneda y Richard Mateos eran detenidos por la Guardia Civil cuando se encontraban en uno de los momentos circundantes de la Ciudad Autónoma. Una hora antes se había producido un salto a la valla. «Iban a por mí. Alguien vio mi coche y les dio el chivatazo. Yo estaba conduciendo intentando salir de ese camino marcha atrás, con las dos manos en el volante y entonces uno de los Guardia Civiles aparece y me pregunta ‘¿A qué está haciendo fotos?», nos cuenta Blasco de Avellaneda. «La cámara estaba guardada en una mochila en el asiento trasero adonde me era imposible llegar con la mano. Les dije que era periodista freelance y que también trabajaba para la Consejería de medioambiente como productor de televisión. Entonces, por el walkie talkie escucho que le gritan ‘mentira, ése trabaja con PRODEIN (una ONG de derechos humanos)».

Desde el lugar donde se encontraban los periodistas no se avistaba la valla, pero aún así les acusan de estar grabando la frontera. Tras cachearlos puestos de espaldas sobre el coche, fueron custodiados por dos coches patrulla de la Benemérita, uno delante y otro detrás, por caminos aptos para todoterrenos pero no para el de Blasco, que fue dándose golpes en los bajos hasta la Comandancia. Les acusan de estar en una zona de seguridad, un concepto empleado por la Guardia Civi cuando se produce o se preve un salto a la valla y por el que se establece, sin previo aviso, un territorio en el que simplemente está prohibido estar. Da igual que no sea acordonado ni comunicado.

En las más de dos horas que han pasado detenidos Richard Mateos y el hombre marroquí, y las más de cinco en el caso de Blasco de Avellaneda, no se les ha permitido ni siquiera hacer una llamada telefónica como solicitaron. Mientras, desde Delegación de gobierno no se atendía la llamada de Periodismo Humano, y el responsable de prensa de la Guardia Civil nos declaraba que no se podía pronunciar sobre estas detenciones y que tampoco las podía confirmar. Después de insitir en la Oficina de Atención Ciudadana de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla se nos aseguraba que Blasco tenía su teléfono móvil y que podía ponerse en contacto con nosotros cuando quisiera, que no estaban detenido sino que estaba voluntariamente allí porque le estaban poniendo una denuncia, y que no nos podía dar más información salvo que nos acercáramos personalmente al lugar. Finalmente le han puesto una denuncia por resistencia a la autoridad y le han abierto un acta de intervención de material*  por la que se han quedado con sus equipos de fotografía, vídeo y su teléfono móvil por estar supuestamente en zona de seguridad. No se le comunicó ninguna de estas acusaciones hasta el momento de dejarlo en libertad, cuando le preguntaron si quería firmar alguna de las denuncias. Nos dice una fuente, que también se barajó multarle por no llevar la pegatina de la ITV que había pasado esta misma mañana y que llevaba en la guantera del coche.

Richard Mateos, notablemente sorprendido por lo ocurrido, nos contaba cómo en las más de dos horas que pasó detenido nunca le comunicaron el motivo. Tampoco al hombre marroquí cuyo nombre desconocen y que casualmente estaba en el lugar donde fueron interceptados los periodistas.

«Se referían a nosotros como el ciego (Richard Mateos es invidente) y el gordo, nos quitaron todo, nos metieron en un cuarto desde donde yo escuchaba cómo registraban mi coche y decían que no había nada. Les pedí habeas corpus porque una retención sólo puede durar como máximo 45 minutos y yo me he pasado ahí 5 horas. Y se reían. Escuchábamos cómo decían entre ellos que llevábamos tanto tiempo detenidos porque estaban pensando de qué nos iban a denunciar. Me han quitado todo lo que llevaba: mis dos cámaras de fotos, la de vídeo, mi grabadora de voz, el móvil, cuatro tarjetas de memoria y un usb». Todo lo que un periodista autónomo necesita para trabajar.

José Palazón, presidente de la ONG Prodein, que se trasladó a la puerta de la Comandancia para esperar la salida de los detenidos, ha declarado a Periodismo Humano que «es manifiesto que en una ciudad sin ley donde se están empleando a militares sin uniforme para la devolución de inmigrantes e ilegalmente a través de la valla  la libertad de prensa no tiene sitio». Esta misma mañana PRODEIN ha denunciando que, después de que varios inmigrantes saltaran la valla, Guardias

Comentarios en twitter del Sindicato Unificado de la Policía y de la Unión Federal de la Policía sobre la detención de Avellaneda. 

Civiles entraron en un Centro de menores y pegaron una paliza a un chico supuestamente creyendo que era uno de los que habían entrado en la Ciudad Autónoma. «Desde luego esperamos que el gobierno de Melilla y la Consejería de Bienestar Social acudan inmediantamente a los juzgados y que se abra un expediente a nivel nacional. ¿Es que si no adónde vamos a llegar?».

Pese a que ni la Delegación de Gobierno, ni la Guardia Civil de Melilla se ha querido pronunciar sobre el episodio, sí que lo ha hecho el sindicato de Unión Federal de la Policía a través de su cuenta de twitter dirigiéndose a la periodista que firma esta información. Acusan a Avellaneda de conocer de antemano que se iba a producir un salto a la valla: «@patriciasimon como sabia q iba haber salto a esa hora?Si a interferido o estorbado la labor de GC es lo normal, ay q saber motivo tambien». A la pregunta de : «@UFPMelilla ¿Estáis afirmando que Blasco sabía de antemano que habría un salto? ¿En base a qué pruebas? ¿Afirmáis q x eso ha sido detenido?» responden: «@patriciasimon lea usted bien, nosotros hemos pregutado, no afirmado, solamente eso y en el caso q lo supuese pues no nos parece correcto» y añaden que: «@patriciasimon cada uno es consecuente con sus actos y si estaba en una zona de seguridad las zonas estan por algo».  Previamente habían publicado que «Con los medios q tenemos para cubrir nuestras fronteras, no se quienes son más tercer mundistas, leyes de pena por no decir de risa».

Cuando Avellaneda ha salido de la Comandancia se ha encontrado, además, su coche con la cerradura rota, aparentemente durante el registro realizado por los agentes. «No he protestado cuando me han detenido, ni cuando me han trasladado a la Comandancia, ni cuando me han tenido cinco horas allí… Entonces ¿qué resistencia a la autoridad es ésa de la que me acusan? No ha sido aleatorio. No me ha extrañado, yo sabía donde me metía siendo periodista aquí».

Inmigrante herido en la frontera marroquí realizada por Blasco de Avellaneda

*Fe de errata: Al revisar la documentación, Blasco de Avellaneda ha comprobado que el requisamiento de sus equipos fotográficos, de vídeo, su teléfono móvil y sus tarjetatas de memoria había sido a través de un acta de intervención y no de una denuncia como creyó en un primer momento.

Ver reportajes de Blasco de Avellaneda en Periodismo Humano

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