«En una de las celdas, de unos 200 metros cuadrados, encontramos más de 200 mujeres con niños. De los 68 niños, 36 eran menores de cinco años. Entre estas personas, había 5 mujeres embarazadas en su octavo o noveno mes.(…) Cuando llegamos, las mujeres llevaban días sin salir al patio. Una de las primeras cosas que hicimos fue sacar a los niños fuera de la celda y acompañarles a visitar a sus padres (…)Fue un momento muy emotivo para nosotros ver a padres abrazando a sus pequeños a través de los barrotes, a menudo llorando.(..) Un padre no paraba de preguntar acerca de su esposa y su hijo recién nacido que había venido al mundo hacía pocos días. Su esposa y su bebé estaban aún en el hospital y a él no se le permitía visitarles allí. Le preocupaba que su esposa y su hijo fueran devueltos al centro de detención. También nos dijo que tenía miedo de que él y su familia muriesen allí“.
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Estas palabras son un extracto de la carta que publicaba en septiembre de 2009 Ioanna Kotsioni, coordinadora general adjunta en Grecia de los proyectos de MSF para la atención a los migrantes y solicitantes de asilo. Pero Kotsioni ya había trabajado antes en este Centro de detención de inmigrantes, llamado Pagani y situado en la Isla de Lesbos. En junio de 2008, MSF inició una de sus intervenciones catalogadas de Cuarto Mundo, es decir, aquellas que van dirigidas a sectores de población vulnerables en países ricos. De enero a agosto de 2008, según fuentes policiales, habían sido detenidos 69.845 inmigrantes, casi siete veces que en el mismo período en España. La situación geográfica de Grecia la había convertido en el principal puente para hombres, mujeres y niños que llegaban a esta isla procedentes de países en conflicto como Afganistán, Irak o Palestina o países de Europa del Este y africanos empobrecidos. Eran encarcelados en el Centro Pagani, donde según ACNUR había más de 850 en un espacio destinado a 300.

Tres meses más tarde, MSF decide no continuar con su intervención por la falta de colaboración de las autoridades: «En muchas ocasiones el equipo médico se vio obligado a examinar a los pacientes a través de las rejas porque a éstos no se les permitía abandonar sus celdas». Niños presos haciendo huelgas de hambre, colchones quemados dentro de las celdas y sobre todo, las críticas por parte de organizaciones como Human Rights Watch, MSF o ACNUR, así como la campaña de la plataforma europea contra el racismo No borders Lesbos, consiguieron el cierre del Centro con la llegada del nuevo gobierno griego a finales de 2009.
Sin embargo, Médicos Sin Fronteras ha tenido que volver a dar la voz de alarma dos veces este año por la situación en la que se encuentran los inmigrantes y solicitantes de asilo en Grecia, esta vez en la región de Evros, en el noreste del país. «El número de inmigrantes que puede entrar a través del Mediterráneo en Europa se ha reducido considerablemente por los controles del Frontex. Por eso, ahora están entrando mucho más por la frontera terrestre de Grecia con Turquía«, nos cuenta desde Atenas Ingrid Kircher, asesora de asuntos humanitarios de MSF. «Desde los últimos meses, son detenidas cada día entre 200 y 300 personas en esta frontera, un aumento del 400%. Los centros de detención y las comisarias de policía estan desbordados». Tanto es así, que el Frontex ha enviado equipos para reforzar el cierre de la frontera y los calabozos de los puestos fronterizos de la policía se han convertido en celdas donde estas personas pasan semanas o incluso meses, hacinados… «Las condiciones son extremadamente malas. En las comisarías la capacidad es de entre 30 y 50 personas pero hay el doble o el triple. Los menores no acompañados están retenidos en los mismos espacios que los adultos y pueden pasar meses allí, cuando debería asignárseles un tutor y enviarlos a un centro de menores. Pero hay muy pocos y no tienen espacio. El problema es que el sistema no funciona. No hay mecanismos que detecten a los más vulnerables como los menores, las mujeres y los solicitantes de asilo».

Por eso, Médicos sin Fronteras ha iniciado una intervención de emergencia en los centros de detención de Venna y Fylakio y en tres puestos fronterizos de la policía, en Soufli, Tychero y Feres. De nuevo en Grecia, de nuevo en la Unión Europea. «Anoche, por ejemplo, estaba nevando, la gente está aterida, exhausta. Estamos repartiendo sacos de dormir, kits de higiene porque… en recintos donde hay 100 personas hacinadas sólo hay dos inodoros y dos duchas. Pero además algunos ni siquiera funcionan. Hemos enviado un logista para que los reparen. Hay gente que tiene que dormir en los aseos por falta de espacio». Ingrid Kircher tiene una trayectoria de más de 20 años en el ámbito de las organizaciones de derechos humanos y ha trabajado en numerosos escenarios en crisis humanitaria. Es decir, no es fácilmente impresionable. Pero en la conversación sale varias veces la frase «condiciones extremadamente malas».

«Ayer mismo encontramos una mujer africana embarazada de ocho meses. También hay algunas familias separadas. O el caso de una niña de 5 años que viajaba sola con su abuelo. Sus padres viven en Atenas, así que vamos a seguir este caso para que se puedan reunir». Dos equipos médicos de MSF están prestando asistencia médica y humanitaria a estos inmigrantes y solicitantes de asilo, pero «también estamos actuando como lobby para que las autoridades tomen medidas». De hecho, en el comunicado de la ONG exigen varias veces al gobierno griego «garantizar unas condiciones humanas y dignas para los migrantes (…) y que aplique medidas destinadas a respetar su dignidad«.
«¿Cómo valoras que Médicos Sin Fronteras tenga que intervenir en un país de la UE?» le pregunto, a sabiendas de que no es una excepción, pero que no deja de ser «paradójico». «Tenemos proyetos en Francia, en Malta, en Italia y también hemos tenido en España. El hecho de que desde mediados de los 90 hayamos tenido que empezar a hacer estas acciones demuestra las crecientes dificultades que encuentran los inmigrantes cuando se supone que han llegado al final de su viaje: detenciones o, para disuadir a sus compatriotas, hacerles la vida lo más difícil posible, como a los solicitantes de asilo. Nueve países de la UE no garantizan a los solicitantes de asilo el acceso al sistema de salud. Europa está empeorando y es muy preocupante».
Al comparar las circunstancias actuales con las del Centro Pagani, que fue objeto de numerosas críticas internacionales, Ingrid apunta a que son peores ahora: «No tienen intérpretes y eso crea una gran incertidumbre, no saber lo que te va a pasar. Además, los solicitantes de asilo no reciben ninguna información. Están encerrados en lugares que no están diseñados para ello, como estaciones de policía o una antigua estación de trenes, durmiendo en las bodegas. Estas condiciones están provocando enfermedades en la piel e infecciones de las vías respiratorias por el frío. En algunas de estas estancias no pudimos entrar para ver si había enfermos porque estaban durmiendo los unos sobre los otros y no podíamos pasar. «.
Las protestas también empiezan a surgir en estos centros. «Hace diez días ya hubo una en el centro Filakio, por las condiciones sanitarias. MSF fue para desinfectar los recintos. Pero es que estos edificios no son habitables».

Increíble ésto…
Hay actuaciones, vergonzantes, indignas donde uno piensa que hasta los animales en un Zoo viven mejor. Más atendidos.
¿Como es que posible retener sin solución a seres humanos?
El video es realmente impactante. Autenticas «jaulas para humanos». Y ese niño de 13 años, muriéndose. Y esos heridos, desnutridos. Por un momento creí estar en un campo de concentración o exterminio.
Leí los informes de MSF y se que son la única esperanza que les puede llegar.
Hace unos días, la embajadora de Haití dialogaba con uno de los miembros que actúan contra el cólera.
Médicos sin Fronteras, están muy por encima de la ONU. Suena desmedido. Pero los hechos hablan. ¿Quien si no entraría y nos informaría de tan horrenda situación humana?
Habrá que hacer sitio en el corazón para tantos rostros, tantos HELP.
Y no cerrar la memoria, ni la conciencia a tanta des-humanización
esa personas pronteriza lo que son son unos asesinos y el gobierno que lo apolla tambien lo que deveriamos es hacer que cada gobierno de la cara por nuestra persona de nuetro pais y poner a los guardias preso deporvida abusadores.