- Sofía era la única de las cuatro hermanas que aún no estaba casada cuando un conocido le ofreció traerla a España para trabajar en la peluquería de un familiar. A cambio sólo tenía supuestamente que pagar los gastos del viaje.
- Poco después se encontró dejando atrás Nigeria junto a 150 mujeres atravesando el continente africano en dirección a Europa.
- En Marruecos se enteró de que venía para ser prostituida.

«Cuando yo tenía la varicela, el jefe se aprovechó de mí. Tenía casi dieciséis años. Era horrible. Pero yo no puedo decir nada porque te matan o te castigan. Los jefes cambian de chica cada noche para sus necesidades. Tú no puedes decir que no quieres porque tú no tienes palabra»
«Hay miles de mujeres que se quedaron embarazadas en ese viaje, chicas que murieron por abortos. Murieron muchas por abortos obligados, provocados por un doctor que no sabe, borracho… (…) Yo también tuve uno, de ocho meses»
«Mi jefe me vendió al padre de mi hija»
«La fuerza la llevo yo, pero Amaranta me ayuda con sus palabras, voy al psicólogo, José, porque me quedo muy tranquila»

«A veces las familias no se enteran de lo que ha pasado aquí y otras son muy egoístas»
Sofía tiene una hija y ha conseguido el permiso de residencia, pero para conservarlo necesita cotizar y después de nueve meses trabajando en la limpieza y sin contrato, decidió ejercer la prostitución. «Lo hago por mí, porque lo necesito, porque donde trabajaba eran 600 euros que no llegan para nada. Tengo una hija y nosotros no somos como los españoles, cuando tienes los papeles tienes que cotizar para conservarlos y los papeles son lo primero. Entonces tuve que hacer algo y alquilé una habitación en una casa de una amiga y ella se queda con mi hija por las noches cuando yo me voy».