«No lograron arrancarme de mí»

Participantes en 'Mirada sostenida', por Liliana Zaragoza Cano

El 3 y 4 de mayo de 2006, 700 miembros de la Policía Federal Preventiva y 1815 agentes municipales y estatales de México irrumpieron en los municipios de Atenco y Texcoco para atajar una protesta del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, afín al movimiento zapatista, que en aquel entonces lideraba la oposición a la expropiación de tierras para la construcción de otro aeropuerto internacional para México DF. Durante dos días los policías golpearon, asesinaron a Francisco Javier Cortés Santiago, de 14 años, por disparo de arma de fuego y a Ollín Alexis Benhumea Hernández, de 20 años, un mes después por las lesiones provocadas por un proyectil de gas lacrimógeno; amenazaron y detuvieron a 217 personas de entre 14 y 65 años -diez de ellas menores de edad-,  algunas manifestantes pero también otras personas que fueron sacadas de sus hogares, que trabajaban en puestos callejeros en la zona donde se celebraban las protestas o que simplemente pasaban por allí. De hecho, según el informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDHM), 145 de estas detenciones fueron realizadas por allanamiento de hogares. Los agarraron y amontonaron en camiones, sangrando, asfixiándose los unos por el peso de los otros mientras les seguían golpeando e insultando, según los testimonios y las investigaciones de organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional o la CNDHM [pdf].

Pero a las mujeres detenidas no sólo les esperaba la tortura física, el terror de saber que nadie sabía a dónde les llevaban en esos camiones, los insultos misóginos («Esto os pasa por no estar haciendo tortillas en casa», relatan algunas de ellas). La violencia sexual fue empleada contra las 47 mujeres detenidas por los distintos cuerpos policiales implicados en el operativo. Veintisiete de ellas sufrieron tortura sexual. Tiradas sobre el resto de los detenidos en los camiones, buscando a sus hijos o compañeros sentimentales para que fueran testigos, las mujeres relatan cómo sus golpes de cebaron especialmente con sus pechos, genitales y nalgas, cómo les practicaban penetraciones con los dedos, les obligaban a realizar sexo oral a los policías o a contarles chistes mientras para que no golpearan a sus hijos.

Cuando llegaron a la prisión de Santiguito, veintisiete de estas mujeres denunciaron lo sucedido pero no se las atendió. Muchas de ellas llegaron a pasar hasta un año y medio encarceladas. 21 policías fueron acusados por «abuso de autoridad» y otro por «actos libidinosos», ambos cargos no graves y de los que fueron absueltos todos los implicados.

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«Los hechos de Atenco dejaron muy clara la firme determinación del gobierno de hacer respetar los derechos de la población de México, que cuando se vieron afectados por intereses particulares tomé la decisión de emplear la fuerza pública para restablecer el orden y la paz». Quien habla es el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, y recién investido presidente de México por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó como partido único desde 1929 hasta 1989 todos los Estados y la presidencia hasta el año 2000. Un político cuya victoria ha sido cuestionada por sonoros casos de compra de votos y fraude electoral y que ha basado su campaña electoral en la seguridad pese a que durante su gobierno del Estado de México los homicidios relacionados con la delincuencia organizada aumentó en un 561%, ha adelantado a otros estados más conocidos internacionalmente como el de Chihuahua, donde se encuentra Ciudad Juárez, por los feminicidios -922 en cinco años-, se estima que un tercio de las mujeres casadas sufren violencia de género, casi 5000 denuncias por violación en un año…. Y cuando organizaciones de la sociedad civil le demandaron que pusieran en marcha una campaña de defensa de la mujer, su respuesta fue una rotunda negativa aludiendo que lo que se buscaba era perjudicar su campaña presidencial. Ayer Peña Nieto recogía el testigo de su predecesor, Felipe Calderón, que hizo de la guerra contra el narco su barco de batalla, que costó la vida a 47.500 civiles según cifras oficiales y hasta de 100.000 según organizaciones de derechos humanos. Ahora, el Príncipe de Asturias ha pedido que favorezca la inversion de las empresas españolas a Peña Nieto, el presidente que atajó las acusaciones de haber ordenado una operación de represión de la población basada en desmovilizar la respuesta ciudadana violando a sus mujeres aludiendo que mentían porque las que sí han sido violadas no lo cuentan porque es una vergüenza.

Seis años han pasado desde que estas mujeres fueron agredidas y torturadas sexualmente pero según Italia Méndez, una de las once mujeres que han interpuesto una denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), «la tortura más fuerte ha sido el propio proceso de justicia». Y es que en todo este proceso la impunidad ha sido la gran vencedora y ante la perseverancia de estas mujeres por seguir adelante con este proceso «nos hicieron un peritaje en la Procuraduría general de la República (…) y fue realmente espantoso. Fue un espacio de revictimización terrible, dolorosísima. Mientras esto ocurría 50 policías federales estaban recibiendo un taller de derechos humanos en el cubículo junto al que no estában haciendo el dictamen médico.Haciéndome fotografías desnudas las peritas me decían que no había ninguna señal de violencia un año después mientras escuchaba los chistes sexuados que los policías estaban haciendo al lado «, cuenta una de las denunciantes en este documental que fue proyectado por el movimiento #Yosoy132 en los muros de uno de los principales edificios del grupo mediático Televisa que, según información revelada por el periódico británico The Guardian había cobrado dinero a políticos para hacer informaciones favorables de sus candidaturas, entre ellos, Peña Nieto para la presidencial. Este medio había realizado durante las semanas previas a los hechos de Atenco una campaña de desprestigio de la población de Atenco por sus protestas.

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Durante estos seis años el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez ha llevado la defensa de las denunciantes de Atenco. Allí trabajaba la fotógrafa Liliana Zaragoza Cano, implicada ya en la visibilización del feminicidio, los desaparecidos en colaboración la red H.I.J.O.S., las vidas al límite de inmigrantes…. «Yo me estaba haciendo preguntas sobre la soberanía del cuerpo, sobre el tiempo, sobre qué es lo que en el fondo es nuestro, las significaciones de la identidad, cómo nos vamos reconstituyendo… Y entonces me encuentro con estas mujeres que no pudieron decidir sobre sí mismas, sino que el Estado decide que la forma de desmovilizar y generar miedo a una población es a través del cuerpo de sus mujeres. Ellas mismas dicen que se las utilizó como botín de guerra y como campo de batalla. Me removió mucho ver cómo se presentaban públicamente y privadamente sin bajar la mirada«, nos cuenta Liliana por conversación telefónica.

«Empecé a pensar que desde la fotografía podía acercarme a un tema que me interesaba pero no hablando de las víctimas, porque ni siquiera ellas se reconocen como tal, sino de la resistencia, sobre cómo es posible que tras seis años de semejante impunidad ellas sigan con esa fuerza tan rotunda. Y entonces me di cuenta de que era su forma de significar lo que es resistir, de intervenir en la propia memoria, su forma de poner el pecho frente a la violencia lo que me había conmovido tanto«.

Así nace Mirada Sostenida, un proyecto fotográfico en el que han participado las once denunciantes ante la CIDH y Cristina Valls, una catalana que fue también torturada en Atenco y cuya denuncia fue realizada en la Audiencia Nacional de España atendiendo al principio de jurisdicción internacional por Women`s Link Worldwide, convirtiéndose en el primer caso por crímenes de género.

 

«La memoria no es estática, creemos que la remembranza y estar condecorando ciertos días o repitiendo aniversarios no es intervenir en la memoria, no es revitalizar la piel. Hay que estar caminando la memoria, la que fue, la que es y la que puede ser». Así define Liliana su proyecto en el que lleva trabajando más de dos años y que sigue en construcción en una web que recoge dos retratos de cada denunciante, uno en el que la mujer mira directamente a la cámara respondiendo a la petición de Liliana de «imagínense a quiénes les están sosteniendo la mirada y qué significa el no bajar la cabeza». El otro retrato es de ellas en un lugar significativo en este proceso de «resignificación personal y colectiva de la memoria», como lo define la autora, y presente en el proceso de reconciliación con lo vivido. Acompañándolas, unos textos resultados de largas entrevistas en los que se explica qué hacían en Atenco, quiénes eran y cómo les ha cambiado la violencia sufrida, y cómo definen lo vivido. Sobre todo ello hablamos con su autora, Liliana Zaragoza.

Periodismo Humano. Desde el trabajo social se insiste en no revictimizar a los afectados. Tu trabajo parte de sus fortalezas y de su forma de asumir la memoria como parte de su experiencia y en cómo la han transformado en una forma de resistencia. Pero además las propias mujeres denunciantes no se reconocen como víctimas. ¿Cómo intepretaste esta actitud?

Liliana Zaragoza. Me llamó tremendamente la atención. En general es muy injusto cómo el propio Estado emplea una estrategia para cansar, para agotar las fuerzas y las ganas de luchar de estas personas. Una de ellas dijo en una presentación «Ni víctimas, ni heroínas» porque no quieren que se entienda que encabezan la lucha de un caso emblemático como el de Atenco, sino que están tratando de ser coherentes con lo que les da sentido, mujeres que están decidiendo seguir siendo para ellas mismas. Y si su lucha se va a sumar contra el terrorismo de Estado, pues genial que se pueda visibilizar.

Luego hubo mucho trabajo sobre el discurso porque se las ha revictimizado muchísimo a través de los medios y algunas organizaciones empleando expresiones como «el oscuro pasado que las acompaña» o hablar de ellas como sujetos pasivos que no tuvieran nada que ver con lo que se está diciendo sobre ellas. Tras años de insistencia se logró que se hablara de las mujeres denunciantes de tortura sexual o incluso supervivientes de Atenco.

P. ¿Cómo decides enfocar el trabajo?

L. Z.  Mi mejor forma de tocar y dejarme tocar es con la fotografía y lo que más me movía era su forma de darle un nuevo significado a la resistencia: no hay problema con abrazar la memoria, claro que hay miedo y es bueno reconocerlo, pero también hay que tocarlo. La forma en que se puede ir sanando una cosa así también tiene que ver con tocar y cómo se toca, cómo se interviene en la experiencia, qué se sigue soñando. Y que sus actitudes tuvieran que ver con que ellas decidieran en ese sitio qué querían decir y cómo, el «ésta es mi mirada, mi palabra, y camina y transforma, éste es mi coraje y no me está haciendo una persona apática, asocial sino que desde lo colectivo con las otras mujeres, le damos más contundencia».

Italia Méndez: «Después fue enfrentar a la prensa masivamente y que nos dijeran mentirosas, que no había elementos, que no había denuncia, fue como llenarme de rabia; era como el primer día de sacudirme. Yo no sé de dónde saqué fuerzas. Supongo que de las compañeras que no estaban y de la solidaridad de la gente». (Liliana Zaragoza / Mirada Sostenida)

Una de las participantes en Mirada Sostenida es Italia Méndez, quien durante los quince días que estuvo presa mantuvo una huelga de hambre junto a otras de las denunciantes. Cinco horas después de ser puesta en libertad, a las seis de la mañana, estaba dando una rueda de prensa denunciando lo ocurrido. Las fotografías fueron tomadas en uno barrio de México D.F. donde colaboraba en trabajos sociales a los que no se reincorporó tras la tortura sufrida en Atenco.  «De repente me encontré desarmada de lo que me daba validez a mí misma. De la que fui ya no tenía prácticamente nada. Estaba totalmente en shock, no podía hablar de lo que sentía y así hablé en nombre de otras; no podía darme el lujo de quebrarme. Fue muy importante verbalizar lo que me estaba sucediendo. Lo más difícil de recuperar ha sido el cuerpo: sus sensaciones, mi sensualidad, mi soberanía. Para mi práctica diaria la denuncia social ha sido un espacio de reafirmación. Nunca perdí la fuerza para continuar. No lograron romperme. No me robaron la sonrisa».

Italia explica por qué no se trata de violación en una de las citas que el proyecto recoge: «Si me pasara lo mismito saliendo del trabajo, de una fiesta o de la escuela y me suben a un carro y unos cabrones me hacen lo mismo que me hicieron en Atenco, te creo que sea violación, pero no puede tener el mismo tratamiento, el mismo discurso, cuando son elementos del Estado, en un hecho concertado en el que participan todas las fuerzas políticas de este país y en el que después de que ocurre todo mundo guarda silencio; es parte de una violencia de Estado; eso es tortura»

P. Las denunciantes tienen muchas esperanzas puestas en la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero no sería la primera vez que este tribunal condenara a México y que su gobierno no atajara las condenas, ni repara a las víctimas ni atajara la impunidad dominante. ¿Por qué es tan importante para ellas esta instancia?

L. Z. Es importante que se reconozca que ellas siempre dijeron la verdad, darle el peso y el justo lugar a su palabra. Están exigiendo la no repetición porque de resolver sus vidas se encargaron ellas desde el primer día. Pero el impacto que puede tener el señalamiento público contra el Estado también es sanador. Por la violencia sistemática que estamos viviendo, no estoy segura de que no hiciera mella o que incluso dinamizara otras causas. Y veo bastante probable que dictaminen a favor de la denuncia de las mujeres.

P. En un país tan asediado por la violencia, donde lo inunda todo y casi anestesia… ¿está en el debate público que la violencia se ceba especialmente con las mujeres o no se ha llegado aún a ese estadio de análisis?

L. Z. Hay una sobresaturación con todo lo que ha sucedido en muy poco tiempo y no es sencillo ir digeriendo y a la vez transformando todo ese dolor y frustración en fuerza. Ése es un tema que está más dentro de las organizaciones de derechos humanos, pero en general es un tiempo de muchas preguntas, de estar pensando qué nos está suponiendo persona por persona toda esta violencia, cómo se puede visibilizar, entender, y a la vez cómo no terminar agotados y paralizados por una situación que nos sobrepasa.

Suhelen Cuevas «En varios momentos sí pensé: ‘yo ya me voy a morir pero mínimo haciendo lo que yo quería”. (Liliana Zaragoza / Mirada Sostenida)

Suhelen Cuevas tenía 18 años cuando se preparaba para estudiar comunicación cuando acudió a la manifestación de Atenco. Pasó un año y cuatro meses presa durante los cuales tomaba aliento cuando a través de una rendija entre los muros podía ver a la gente que gritaba pidiendo libertad para los presos de Atenco. Una vez en libertad siguió sus estudios con el objetivo de incidir en la educación de los niños y niñas a través del teatro libertario y la producción en radio. Es madre y recuerda que la cárcel de «Almoloya  fue un parteaguas, me di cuenta que ni estando adentro me quitaron de la que fui. La humillación de los policías nos quiso hacer creer que como mujeres no servíamos, que no teníamos que estar en ese lugar. Este coraje me va a durar toda la vida y eso más bien me da fuerza. Jamás dejé de sentir ni perdí mi capacidad de comunicarme con la gente de manera humana; de hablar, de bailar. Nunca lograron arrancarme de mí». Entre las citas destacadas en Mirada Sostenida encontramos la siguiente: «Cuando nos golpearon a mí se me quedó muy marcado –y hasta ahora me molesta cuando me dice mi chavo: “Pon a calentar tortillas”– que los policías me decían: “¡¿Y qué chingados hacías con la cámara?! ¡Mejor ponte a calentar tortillas!”.

P. ¿Y cómo has ido digeriendo tú este proyecto, tan cargado de resiliencia, fuerza y esperanzas de futuro?

 L. Z. Para mí la fotografía significa un acercamiento muy profundo, no situarme detrás de la cámara como parapeto de seguridad. Acercarme yo también para dejarme tocar, establecer con la fotografía un diálogo. Por eso primero necesito charlas, un poquito de cotidianeidad y saber cómo ellas desean ser retratadas para que el espectador también pudiera tener este diálogo.

Por otra parte el proyecto es autogestionado porque necesitaba esa autonomía, pero también supone muchas complicaciones. Así que a veces tenía que parar, tomar aliento para mí. Pero por ambas partes había muchas ganas y amor de fondo, así que seguimos en ello.

Mirada sostenida ha sido expuesta en Argentina a través de una intervención en la Plaza de mayo el día contra la violencia de género y en la Quinta Bienal Argentina de Fotografía Documental. Una de las prioridades de este proyecto es su libre difusión por lo que la autora está estudiando fórmulas para facilitar que se exponga primero en México y después en el resto del mundo. En la web ya se encuentran disponibles recursos para descargar y dar a conocer la violación de derechos de estas mujeres.

Norma Jiménez, un año y medio encarcelada: «A pesar de todo jamás nos quitaron la alegría ni las ganas. Yo estuve adentro con todo lo que soy. Ahora estoy afuera y sigo enterita. Mi miedo al final es parte de mí y me hace ser la que soy: estamos juntos y lo nombro. Me siento orgullosa de mi proceso, de no dejarme abajo. Tengo la certeza de que un día las cárceles se van a caer.«. (Liliana Zaragoza / Mirada Sostenida)

Actualización 14.3.2013

[youtube]http://youtu.be/pwX3vUxPlsA[/youtube]

VÍDEO. Sobrecogedora declaración de Bárbara Italia ante la CIDH sobre sus torturas sexuales realizadas por policías de Mexico a ella y otras 46 mujeres en Atenco.

VÍDEO de su declaración completa hoy ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. (CIDH)

Watch live streaming video from oasfrench2 at livestream.com

Streaming en directo desde la CIDH sobre la situación de los derechos humanos en México.

Actualización 12.3.2013

Las mujeres denunciantes de tortura sexual contra el Estado Mexicano al fin tendrán una audiencia testimonial ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH el próximo 14 de marzo en Washington.

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14 thoughts on “«No lograron arrancarme de mí»

  1. Paloma orozco says:

    Estoy completamente afectada, yo no conocía esta historia, mi mente trabaja, en primer lugar para entender el porqué de estos hechos tan sin ningun sentido humano, tan bajo, cruel y nauseoso, que saca lo peor de tipos como Peña Nieto y luego lo premia con laPresidencia de la república, que está pasando en nuestro mundo? Desde que trato a los hombres estimo a los perros mas» dice una canción, pero luego pienso quehay hombres buenos, sí , aunque se cuenten con los dedos de las manos, y no digamosmujeres, que valor, que fuerza y al mismo tiempo ternura de vida de las «mujeres de Atenco» , como tener esa capacidad de sufrimiento, no solo por ellas, tambien por sus hijos y como el ave fénix morir cada día y renacer de las cenizas al siguiente.

  2. guadalupe sainz says:

    Efectivamente, esto no se conoce en mexico, y menos en el edo d mexico. Que verguenza de hombres, policias y presidente! Afortunadamente no todos son asi, y que bien que se difunda que en Mexico hay mujeres a la altura. Bien por ellas.

  3. Nacho says:

    Me duele el alma de la cabeza a los pies

  4. xevi says:

    justicia y honor para las valientes mujeres de atenco. justicia, oprobio , desprecio y odio para sus viles y cobardes torturadores.

  5. xevi says:

    justicia y honor para las valientes muneres de atenco. Justyicia, desprecio y odio para sus cobardes torturadores.

  6. xevi says:

    justicia y honor a las valientes mujeres de atenco. Justicia, desprecio y oprobio para sus cobardes torturadores y para los encubridores de siempre.

  7. rebeca aguilar perez says:

    desde mi mas profundo ser para los familiares de las victimas y para las mujeres y hombres vejados yo quiero decirles que estoy con ustedes en pensamiento y en obra y difundire su mensaje

  8. Amelia says:

    It?s laborious to find knowledgeable individuals on this matter, but you sound like you recognize what you?re speaking about! Thanks

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