El sabor a esclavitud del pepino español

Miles de kilómetros de caminos de tierra flanqueados por muros de plástico que dejan pasar la suficiente luz para cultivar un negocio de 2000 millones de euros anuales y que, a su vez, ocultan la explotación de las miles de personas que lo hacen posible. Cuarenta grados bajo un sol aplastante que pueden superar los 50 dentro de este mar de toldos que cubre buena parte de la provincia de Almería, más de 350 kilómetros cuadrados, y que ha convertido esta frontera sur de Europa en un laboratorio industrial, económico y social.

El polvo levantado por el coche se suma a las capas que van opacando los plásticos y que, junto al efecto destructor del sol, obliga a cambiarlos anualmente por esos hombres que vemos encaramados a escaleras y vigas, y entre los que aún se emplea algún español. Los únicos letreros que salpican el camino son los que anuncian  «Berenjena Shakira. Eficaz, rendimiento elevado y homogéneo»  o «Pimiento california de maduración en rojo para transplantes tardíos», algunas de las nuevas variedades de la temporada. En esta colmena las calles no tienen nombres ni señales descifrables para los ojos de un visitante, pero están plagadas de ellos para sus habitantes. Por ejemplo, a la vuelta de una esquina, un montículo de basura putrefacta atravesada por un reguero verdoso procedente de una casetilla de madera, anuncia que hemos llegado a uno de los más de 100 núcleos chabolistas de la provincia en los que viven los trabajadores en situación más mísera.

Hakim es uno de ellos. Sale a recibirnos junto a otros hombres marroquíes que durante los últimos tres años han ido construyendo sus refugios con palés y restos del omnipresente plástico de unos cultivos que producen dos millones y medio de toneladas de residuos al año. Desde este alto, la vista se pierde en un horizonte que en algún punto desemboca en el mar Mediterráneo, el que les separa unos 200 kilómetros de su país, mientras ellos bucean en ese otro océano bajo el que desfallecen para conseguir su sustento.

Chabolas en medio de los invernaderos almerienses (Javier Bauluz / Piraván)

Saludan cordialmente, pero serios. Son las once de la mañana y no están trabajando. No es poco habitual. La crisis desatada a finales de mayo por la acusación de las autoridades alemanas que señalaba el origen de la epidemia sanitaria de la bacteria E. Coli en Almería, y que se cobró la vida de más de 30 personas y 3.000 afectados, según el Centro Europeo de Control de Enfermedades, hundió las exportaciones almerienses. A ello hay que sumar el fin de la temporada de cultivos como el tomate y la sandía, de los más importantes en esta época en la región.

Hakim viajó desde Tánger hasta Barcelona en los bajos de un camión cuando tenía 19 años. Más o menos dos días de viaje, resistiendo su propio peso, el terrible calor del motor y el temor a caer y morir atropellado. Eso sólo por apuntar algunos de los pensamientos que atravesaron la mente de éste y de los cientos de jóvenes que han llegado por esta vía a la Península. Algunos murieron en el viaje.

Hakim en la chabola que comparte con su primo y un amigo (Javier Bauluz / Piraván)

Hakim tiene ahora 22 años, una sonrisa que parapeta un discurso agrio y que rompe en forma de risa en los momentos de mayor gravedad. «Mi padre me decía que me quedara, pero yo había visto a muchos amigos que cuando volvían a Marruecos lo hacían con coche, dinero, casa… Y yo quería eso. Escuchas que la cosa está mal aquí, pero nosotros sólo queremos España».

Estamos dentro del cuartucho que Hakim comparte con un primo y otro amigo. El suelo es la misma tierra que apenas rozan los cultivos de los invernaderos en Almería. Las paredes, los palés y plásticos sobrantes. El zumbido de unas moscas pegajosas que apenas se inmutan ante los manotazos electrifica el caluroso ambiente. «Cuando hacen falta trabajadores, el jefe viene y coge la gente que quiere. Cinco personas o seis. Vamos al invernadero y es trabajar, trabajar, y trabajar. Cogemos sandías, tomates, quitamos las hierbas… Todo el trabajo del invernadero durante ocho horas. Cuando termina el día pagan 20, 25 euros. No hay contrato, no hay nada».

Y ahí comienza una de los callejones sin salida que mantiene a miles de personas en la clandestinidad y en la vulnerabilidad. Hakim no tiene un contrato y como consecuencia de ello, no puede solicitar el permiso de residencia pese a que ya podría acogerse al período de los tres años de arraigo que establece la ley. A su vez, al no tener permiso de residencia no puede aspirar más que a la clandestinidad y al temor paralizante y contínuo de ser deportado después de tantos años de sufrimiento, y a la explotación practicada por algunos empresarios agrícolas. El último convenio firmado entre éstos y los sindicatos establecía en 44 euros el salario mínimo por una jornada de ocho horas. Pero entre los trabajadores con los que hemos podido hablar, los mejores pagados son los rumanos, con un jornal medio de 35 euros. Y, según Hakim y otras fuentes, los peor pagados son los subsaharianos, y a los que en cierta medida perciben como competencia desleal: «Los negros trabajan por diez o quince euros. Pero cuando el tomate vale mucho dinero, se paga entre 70 u 80 céntimos el kilo. El jefe gana entre 5000 y 7000 euros por un camión  y nosotros cogemos un camión en dos o tres horas y nos paga unos nueve euros». Cifras que se van encajando en un cuadrante en el que los márgenes de beneficio van aumentando exponencialmente hasta llegar a la mesa del consumidor, donde por un kilo de tomate se puede llegar a pagar en las grandes superficies más de 1,50 euros.

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Mientras, las autoridades públicas y las organizaciones de empresarios agrícolas mantienen que en Almería hay tantos trabajadores no contratados como en cualquier otra región. Pero la crisis del pepino ha terminado de desvelar las contradicciones entre el discurso y las cifras oficiales. El cruce de datos es inmisericorde con las posturas oficiales. España es el segundo exportador de frutas, verduras y hortalizas del mundo, y Almería es la tercera provincia con mayor peso en este sector, después de Murcia y Valencia: el 18,3 % del total aportado por el país. En 2010 se exportaron 3,7 millones de toneladas según datos de las cooperativas, por un valor de 3.640 millones de euros. En el caso concreto de los pepinos y pepinillos, que proceden de esta provincia en un 87%, fueron 450.000 toneladas las que se dirigieron a la UE en 2010, mayoritariamente a Alemania, según datos de Aduanas en el mismo año.  Un sector estratégico de la economía española que según la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas, sufrió unas pérdidas semanales de 200 millones de euros durante la crisis del pepino.

Como consecuencia de todo ello, el sindicato mayoritario, UGT-Federación de Industria y Trabajadores Agrarios (FITG), lamentaba que 50.000 trabajadores españoles se hubieran visto afectados por la crisis. Pero los datos publicado por el Ministerio del Trabajo e Interior sobre el mes de junio de 2011 revelan que el paro agrícola en junio sólo aumentó en 390 personas respecto al mes anterior. Y si lo ampliamos al sector servicios, que abarca tareas como la manipulación o el transporte de los alimentos, el aumento fue de 1162 trabajadores desempleados.

Chabolas en una nave industrial abandonada (Javier Bauluz /Piraván)

Ambas cifras son menores que las de junio en 2010, un mes en el que han acabado temporadas importantes, por lo que suele aumentar el paro. Pero es más, este año había 1.000 afiliados más en la Seguridad Social en el Régimen especial agrario, pasando de 40.800 a 41.900 trabajadores en este sector. Unos datos que difícilmente pueden corresponderse con un revés económico que efectivamente supuso que dos toneladas de vegetales terminaran diariamente en los vertederos y que, sumado a la constatación sobre el terreno y a las denuncias que durante años llevan haciendo ONG y sindicatos como el Obrero del Campo, inevitablemente nos llevan a calcular que miles de personas tienen que estar trabajando sin contrato en esta provincia

Unas conclusiones que terminan de apoyarse en los resultados del último padrón de 2010: el número de extranjeros registrados en la provincia almeriense se multiplicó por 9 en la última década. De los 15.000 empadronados en 1999 a los 170.000 nuevos habitantes empadronados en 2010 128.000 eran extranjeros. De ellos, 65.000 proceden de países de la Unión Europea (28.000 de ellos, de Rumanía), y la otra mitad de Marruecos (38.000), Latinoamérica (19.000), el África subsahariana (13.000) y países europeos no comunitarios (5.200), por este orden. Es decir, Almería ha aumentado su población con unos 90.000 extranjeros procedentes de países empobrecidos, en una proporción de entre 65 y 75 por ciento de ellos hombres. Pero el número de afiliados al régimen especial agrario sólo es de 41.000 personas, incluyendo a los españoles.

Para contrastar estas informaciones con las tres principales asociaciones de empresarios agrícolas almerienses, nos hemos puesto en contacto con la Asociación de Jóvenes Agricultores de Almería (ASAJA), la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y la Asociación de Empresas Cosecheras – Exportadoras de productos Hortofrutícolas de Almería (COEXPHAL). Sólo la primera ha contestado a nuestras preguntas a través de su gabinete de prensa. A la cuestión de cuántas personas calculan que trabajan sin contrato en la provincia de Almería la respuesta es contundente: «Mi respuesta tiene que ser que cero». Sobre cuánto se está pagando por la jornada de trabajo, la portavocía de ASAJA mantiene que se está pagando por encima de los 44 euros estipulados por convenio «porque, en ocasiones, se da alojamiento, comida, bebida… servicios que no están contabilizados».

Spitou Mendy en una sede del SOC (J. B. /Piraván)
Spitou Mendey

Spitou Mendy, un senegalés licenciado en Filología hispánica y profesor de español en su país que emigró a Europa «como todos, porque somos refugiados económicos», se ha convertido en un rostro conocido en los últimos años. Como portavoz del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), ha puesto cara y voz a la organización más combativa contra la vulneración de los derechos básicos de estos trabajadores. Tras ver y oler la miseria tercermundista en la que viven estas personas como si de un submundo invisible o escandalosamente ignorado por la administración, pero también por el rostro rico y desarrollista que le rodea, su discurso combativo y sin remilgamientos parece ser uno de los pocos que se hace eco de la miseria que ahoga a estos trabajadores. «Que el delegado de agricultura de la Junta de Andalucía diga que aquí no hay más personas indocumentadas trabajando o sin contrato que en otros lugares de Europa es… Lo que ocurre es que esta mano de obra no tiene coste añadido. Y eso se llama estafa. La Administración está ayudando a que se hunda este país. Y que yo, un ciudadano extranjero sepa explicarlo y decirlo, les parece mentira. Les parece imposible que un inmigrante sea capaz de hacer un análisis de la situación social».

Datos básicos de Andalucía 2010 Fuente: Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía

Desde el lado de los empleadores, de los empresarios agrícolas, hay que contar con las peculiaridades de la agricultura intensiva. Juan Miralles, presidente de Almería Acoge, recoge las dificultades administrativas que encuentra este colectivo para hacer contratos: «El convenio para el sector establece que los contratos deben tener un año de duración. Y la agricultura aquí es estacional y con picos de trabajo puntuales muy importantes. Además puede haber imprevistos, como una epidemia o lo que ha pasado con el E. Coli, que no haya trabajo, y al empresario se le penaliza por tener contratado al trabajador sin cobrar. A los agricultores no les interesa no tener contratada a la gente y exponerse a multas de 60.000 euros, pero el marco legal no se adecua a la realidad de estos cultivos».

Eso mismo nos cuenta un agricultor que espera a una cuadrilla de hombres y mujeres rumanos para recoger un camión de perfectas y casi idénticas berenjenas. Es joven y con una musculatura de gimnasio. Es hijo de agricultores, licenciado en Informática, que terminó haciéndose cargo del negocio familiar «porque esto al final tira». La tierra, perfectamente trazada en hileras de plantas del mismo tamaño, compactada y de color plomizo, muestra cómo ya no se fertiliza con abono natural. La agricultura intensiva se ha complejizado significativamente en la última década y la provincia no ha sabido subirse al carro, según este agricultor: «Es increíble que no haya una sola empresa de capital local que comercialice semillas, fertilizantes, o una sola conservera para envasar los tomates magullados que se van a Murcia o Valencia para convertirse en tomate frito». Miguel Ángel tiene claro que las pérdidas ocasionadas por la acusación de las autoridades alemanas no se van a recuperar, pero añade que no es el único problema. «Hay veces que los precios son tan bajos que no merece la pena venderlas. Por ejemplo, el kilo de berenjena se paga a 10, 15 o 20 céntimos. Entonces las dejo en el arcén del camino, no mucho tiempo porque multan, por si las quiere recoger alguien».

En un artículo publicado por el miembro del Consejo Científico de ATTAC, Gustavo Duch, sobre la epidemia del E. Coli, apuntaba: «El sistema en cuestión ha sido diseñado para producir algo parecido a alimentos, a costes muy bajos, tanto económicos, sociales como ecológicos; pero que puedan producir altos beneficios a quienes se dedican a su comercialización. Los alimentos, lejos de considerarlos como una necesidad y un derecho, se entienden como una mercancía sin más». Y para seguir esa máxima, el margen de beneficio debe ser el mayor posible. En el caso del pepino, Duch calcula que «los esfuerzos para cultivar, regar y cosechar un pepino, representarán para el agricultor o agricultora 0’17 euros por kilo vendido. La población consumidora pagará 1’63 euros por kilo. Es decir, un incremento superior al 800%«.

Una joven rumana recoge berenjenas en el invernadero de Miguel Ángel (Javier Bauluz / Piraván)

Hay tres fórmulas de comercializar las cosechas: venderlas a las distribuidoras como Carrefour o Aldi–que controlan el 60% del comercio de la UE–, directamente a los comercios o a cooperativas. Miguel Ángel lo hará a una distribuidora con la que ya tiene el precio apalabrado antes de sembrarlas. Es más bajo que el que por ejemplo obtendría si estuviera asociado a una cooperativa, pero más estable y asegurado con anterioridad: 30 céntimos el kilo. En los supermercados se venderá a una media de un euro el kilo. Tres mujeres y un hombre rumanos recogen junto al agricultor el camión de berenjenas. «Les pago 35 euros por la jornada de 8 horas. Aquí trabajas hoy, cobras hoy».

De los 210 millones de euros de ayudas aprobados por la UE tras la crisis del brote de E. Coli, 37  irán destinados a a los empresarios españoles afectados -aunque el gobierno español pidió 71- y que no recibieran subvenciones previamente por de la Política Agraria Común (PAC), unos 6.500 agricultores que recibieron 7 millones de euros este año. Según el portavoz de ASAJA, los empresarios agrícolas ya han empezado a recibir las resoluciones de las cifras que recibirá cada uno. A la pregunta de si los trabajadores recibirán parte de esas ayudas, responde: «No, los trabajadores tienen otras vías para recibir indemnizaciones». Sin embargo, los miles de trabajadores indocumentados y sin contrato que no pudieron trabajar esos días, que, por tanto, no recibieron jornal alguno y que en muchos casos tuvieron que ser atendidos y alimentados por la Cruz Roja y otras organizaciones humanitarias, no se beneficiarán de forma alguna de estas grandes cifras. Cantidades que en muchos casos serán recibidas por empresarios que utilizan «mano de obra esclava», como ha sido catalogada por la reputada institución Internacional Anti-Esclavitud, y que si estos periodistas encontraron sin ninguna dificultad, resulta cuestionable que no lo haga el Ministerio de Trabajo, por ejemplo.

Éste es el caso de un grupo de hombres subsaharianos que viven al lado del poblado chabolista de Hakim. Comparten una casa y mientras uno de ellos cocina, el resto espera sentado en unos sofás con el escay desgastado hasta casi la transparencia y otros sentados junto a la puerta. Seguimos rodeados de invernaderos, con una alberca cerca que el propietario de esta casa les deja utilizar para beber y bañarse, pero no es potable, por lo que tanto ellos como Hakim y sus vecinos tienen que gastar una importante parte de sus ingresos en comprar garrafas de agua embotellada.

No quieren hablar, llevan tiempo sin trabajar y no ven luz al final del túnel. No conocen a compañeros que estén pudiendo regularizar su situación, su comida suele estar compuesta de las verduras que encuentran en los arcenes o que algunos de sus empleadores les dan, como ahora, una gran fritada de pimientos con cebolla y tomate, y apenas pueden enviar dinero a sus familias. Hace mucho calor en este salón a oscuras, están cansados de no tener trabajo y del racismo. En la escala social, ellos son los últimos.

El sindicalista Spitou nos recibe en un bajo convertido en centro del SOC, en un barrio de la periferia de El Ejido, la localidad donde un brote de xenofobia en el año 2000 llamó la atención de los medios nacionales e internacionales cuando tras el asesinato de una joven a manos de un inmigrante marroquí con problemas psicológicos, como ya habían avisado conocidos suyos que habían pedido que recibiera tratamiento o un internamiento que nunca se produjo. El caso desató que parte de la población local española se lanzase a la caza del inmigrante: decenas de sus casas y comercios fueron incendiados y durante días, muchos de ellos no salieron a la calle por miedo a ser atacados.

Su alcalde, del Partido Popular por entonces, Juan Enciso, jugó un papel fundamental no sólo a través de la omisión de su obligación de asegurar la seguridad ciudadana, sino también a través de sus contínuas declaraciones en las que justificaba la reacción racista por el ambiente de inseguridad supuestamente creado por la inmigración. El entonces presidente del gobierno José María Aznar le apoyó al declarar «que era muy fácil criticar cuando no se estaba allí», pero el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel, pidió que se trabajara por la integración y criticó que se atrajera a los inmigrantes como mano de obra y que después se les negase sus derechos como personas.

El resultado de esta desavenencia fue la dimisión de Pimentel y la continuación de Enciso como alcalde, incluso después de ser expulsado del PP y montar su propio partido, el PAL, y conservar su puesto como regidor de El Ejido durante los 8 meses que pasó en prisión por cinco graves causas que sigue teniendo pendiente, vinculadas con una importante trama de corrupción. El alcalde que soltaba a quien le preguntara, sin pudor, que «a las ocho de la mañana todos los inmigrantes son pocos, a las ocho de la tarde sobran todos» gobernó 20 años El Ejido, músculo y ejemplo de un desarrollismo insostenible que arrasa Almería.

Spitou ha vivido esta última década, histórica por un crecimiento económico sin parangón, como trabajador y sindicalista. Y no ha visto ninguna evolución. «Diez años llevo en Almería y siempre he cobrado lo mismo. Cuando llegué, el inmigrante tenía un valor, el empresario tenía que salir a buscar la mano de obra. Hoy la precarización es una gran bolsa de mano de obra indocumentada destinada a abaratar los costes de producción. Y de ahí hemos retrocedido a siglos atrás, en vez de avanzar. Estas personas que vienen a hacer posible el único sistema que puede salvarnos de la crisis, porque la gente sigue comiendo, la agricultura sigue y todo el mundo compra a Almería. Sin embargo, los que han conseguido el permiso de residencia o la nacionalidad se han ido a buscar una vida mejor a Suiza o a Francia, a hacer lo mismo pero cobrando el doble que aquí. Almería no integra, no forma, no educa. Almería explota«.

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«Lo único que piensan de nosotros es que somos fuerza de trabajo, no tenemos historia, ni derecho a ser personas con dignidad. Pero yo vengo de un país con cultura, tengo formación y muchos inmigrantes, como yo, tenemos formación universitaria, pero somos refugiados económicos. Muchos compañeros han tirado la toalla. Después de tantos obstáculos han terminado por creerse que no valen nada. Pero hay que ayudarles a recuperar la autoestima. Si no, nos matan vivos. Lo están haciendo, la explotación a tope y el mensaje de ‘tú no tienes que saber nada, lo único, rendir’. Y los que tenemos voz para decirlo no somos amigos, hay que ir a por nosotros».

Spitou parece cansado. Y lo está. Acaba de pasar dos días mostrando el subdesarrollo que habita en Almería a un equipo de periodistas del norte de Europa que han venido a hacer un documental. Pero no es cansancio físico el que debilita a Spitou, es con el que cargan los defensores de derechos humanos donde son pocos los que se atreven a alzar la voz y donde la respuesta inmediata es el acoso o el aislamiento. A éstos tuvo que enfrentarse cuando acompañó y figuró en un reportaje del prestigioso periódico británico The Guardian, titulado «Los cultivadores de las ensaladas de España son esclavos modernos, según las ONG». La prensa y las autoridades locales se lanzaron a desmentir el contenido de la noticia, y a acusar a Spitou y al SOC de perjudicar la imagen de la provincia. «Es una vergüenza que una sociedad civilizada, moderna, se comporte hoy así. Si hay gente que está reclamando algo tan básico como que la gente que trabaja de ocho de la mañana a nueve de la noche no gane menos de 37 euros, y los convenios dicen que tienen que cobrar 44 como mínimo… Pero nadie quiere pagar eso a los inmigrantes. Claro que hay españoles que lo cobran, como hay españoles que cobran el subsidio del paro gracias al trabajo del inmigrante que no está contratado. Pensamos que somos esclavos porque nos obligan. Ésa es la base de la servidumbre y hay que aceptarlo para poder comer«.

ASAJA defiende que definir estas condiciones de trabajo como esclavitud «está sacado de lugar. Es un trabajo duro, tanto que ha habido etapas en las que los españoles no han querido hacerlo por sacrificado».
Pero el entramado de «servidumbre», como lo llama Spitou, de «explotación laboral», como lo catalogan otras organizaciones y sindicatos, o de «esclavitud moderna», como lo denomina la ONG Internacional Antiesclavitud, no se limita a los trabajadores de los invernaderos. El disparatado crecimiento económico almeriense se visibilizó no sólo en el número de coches matriculados anualmente –20.000 turismos entre 2004 y 2007, frente al descenso a sólo 12.000 en 2008, con la llegada de la crisis–, o en los ‘brotes verdes’ en forma de llamativos jardines en las numerosas nuevas rotondas de El Ejido, sino que también los luminosos de los clubs de alterne se multiplicaron en la carreteras. Y en los ángulos muertos de carriles, invernaderos y chabolas, también las bicicletas descansan aparcadas ante cuartuchos desconchados. Es el hogar de las esclavas de los esclavos.

59 thoughts on “El sabor a esclavitud del pepino español

    1. Jose says:

      Excelente mentira, cuanto le habeis pagado al chico del reportage para que diga todo lo que ha dicho? primero dice que gana 20 euros por 8 horas de trabajo luego se contradice diciendo que gana mas de 4 euros la hora pues mas de 4 euros la hora son mas de 32 euros por 8 horas en fin que os felicito por el montage de mentiras que os habeis montado

    2. José Antonio says:

      Soy periodista igual que tu. Me entristece la prostitución a la que se someten algunos periodistas que se aprovechan de las desgracias humanas para hacerse notar. Nunca había visto tantas imprecisiones en un artículo, mezcladas con injusticias sociales que la propia periodista, de forma caprichosa y dudosamente documentada, atribuye a un colectivo de agricultores. Los únicos que ponen su dinero a disposición de inmigrantes y el resto a disposición de la gran distribución son esos agricultores a los que usted acusa. Querida colega, si el rigor periodístico fuera de su interés, antes de publicar este artículo, debería haber visto la lista de ofertas de LIDL en Alemania donde ofertaba el pepino a 0,25 céntimos, si a esta cantidad le quita la mano de obra, el transporte, el embalaje, los marjenes comerciales, para el agricultor queda la emorme cantidad de 0,0 para multiplicar por los millones de kilos que recolectan los esclavos que usted sugiere. Evidentemente todos los que hemos leido su información, entre el colectivo de periodistas que vivimos entre agricultores, sabemos que una reflexión como la que yo le he hecho le «jode» su extraordinaria obra social. Espero que se dé cuenta que para todos es muy fácil engancharnos al lobby del poder como hace usted con esta publicación, lo difícil es conocer la verdad, cosa que usted la tiene lejos, no porque esté escondida, sino porque simplemente no ha demostrado capacidad alguna para encontrarla.
      Conozco y sé las penurias de la prensa en los tiempos que corren, sufro igual que todos los periodistas injusticias de jefes, empresarios, políticos y otros personajes de la sociedad actual que no le gusta la información veraz, aquella que les compromete. No obstante, no voy a permitir que se criminalice a un colectivo de agricultores que ha demostrado su nobleza desde la más absoluta ignorancia y ha levantado una provincia mucho antes de que llegara el primer inmigrante buscando una vida mejor. Eso usted lo ignora y además me imagino que no le interesa porque le «jode» de nuevo, la sarta de tonterías creadas desde una visión sesgada de la realidad social de los invernaderos almerienses. Lo bien que hablaban de usted en Canal Sur…, pero esa época ya pasó. No basta con ser periodista, es necesario ser honesto.

  1. Josele says:

    gran reportaje!! adifundirlo!! Enhorabuena periodismohumano, estais devolviendo la dignididad a esta profesion.

    1. francisco javier says:

      el desconocimiento, la demagocia, el clientelismo, la incultura, y ser el manporrero de algun loby con intereses en desprestigiar a este campo por un puñado de euros, todo esto dice muy poco de la etica y de la moral de quien escribe esta tremenda mentira, ser manporrero de unos pocos poderosos para fastidiar a mas de 30,000 familias

  2. Donjose says:

    Gran reportaje. Por ponerle una pega, las fotos en blanco y negro creo que intentan marcar una opinión, que aunque basada en hechos, debería dejarse de manera libre al lector.

  3. Susana Fernández says:

    Por fin alguien pone la atención en la explotación de las personas en la agricultura.
    ¿Esclavitud? Reflexiono. No con la definición bajo el brazo, ya que pueden marcharse, pero ¿pueden marcharse?.
    Purismos a parte, sin duda el sabor amargo de los pepinillos procede del sudor y explotación de personas, que el Estado, nuestro Estado, favorece negandoles derechos básicos. Aceptamos mano de obra «esclavizada» y miramos para otro lado.
    ¿dónde están los inspectores de trabajo agrícola?
    Creo que hay mucho que reflexionar, y creo que los sindicatos tradicionales no están. Ni los partidos políticos. Claro, se me olvidaba los esclavos no votan.
    Gracias por este reportaje:

    Susana Fernández
    Defensora de Derechos Humanos
    Especializada en Trata de Seres de Humanos

    1. agricultor de almeria says:

      todo eso es pura mentira, yo tengo una casa para los trabajadores con todos los servicios, y le pago el sueldo que recomienda su convenio, como yo todos los agricultors, los que viven en chabolas deberian sacarlos de aqui, porque dan mala imagen, y buscan trabajo sin papeles, por eso nadie les mete a trabajar, ni les da vivienda, viven de lo que les dan y buscando en los basureros para mentenerse, la verdad es una pena que nos pase esto, que politicos tenemos que lo permiten?

  4. luigi says:

    muchisimas gracias por buestro trabajo.
    aqui podemos ver que somos…………………………

  5. Juanjo says:

    Vivo en Almería y conozco lo que se expone en este articulo, es un tema polemico, siempre hay otros modos de abordarlo y hasta justificarlo, pero que hayais usado datos que sostienen lo que se denuncia, da mucha credibilidad a vuestro articulo.
    Solo un detalle, el nombre del ya ex-alcalde es Juan Enciso.
    Y para cuando una segunda parte que refleje lo que ocurre con otro de los ingredientes de las ensaladas, la lechuga, en este caso en el levante almeriense.

  6. Almeriense says:

    Excelente reportaje. Refleja una situación de la que apenas se habla en El Ejido. Lo único importante es el precio al que vender el producto (cada vez más bajo)Desgraciadamente, la situación empeora con el paso del tiempo. El aislamiento social es cada vez mayor. Solo dos apuntes:
    – el anterior alcalde de El Ejido se llamaba Juan Enciso (no José)
    – Las jornadas laborales en el invernadero no llegan hasta las 21.00h porque no hay luz, por lo que en invierno se suele trabajar hasta las 18.00h más o menos.

  7. periodismohumano says:

    Gracias por el apunte del nombre del alcalde, ya lo cambiamos. Almeriense, cuando Spitou Mendy habla sobre las 21.00 h se refiere a las empresas de servicios como envasadoras, cosecheras… Pero lo especificaremos para que no haya lugar a confusión. ¡Gracias!

  8. Cristina Sánchez says:

    Este artículo se lo daba yo a leer a más de uno que dice que en España las cifras de esclavitud laboral son CERO, que no se vea no significa que no exista!!
    Así que mi más sincera ENHORABUENA por visibilizar esa realidad aberrante y escondida.

    Cristina

  9. Violeta says:

    muy bueno sí señor, yo intento investigar en la zona… ¿saben con qué se riegan esos pepinos? Con agua residual depurada… ¿Cuánto de bien depurada? Pues tanto más cuanto más estés dispuesto a pagar…ahí tienen la regla de 3. El modelo de Almería agoniza entre el terrible conflicto social y la destrucción de sus recursos, mientras sus gobernantes siguen encerrados en la corta mirada del beneficio inmediato…sin frenos hacia el precipicio.

  10. Nikope says:

    Violeta .. sabes que el riego por goteo no se puede usar con aguas residuales? .. cuando acuses de algo tan grave haz el favor de aportar datos.

    Cáritas dedica el 100% de sus ayudas a las chavolas, nos encontramos con una bolsa de pobreza que no es atendida por no ser chabolista.

    Entraron en la etapa de Aznar para abaratar la mano de obra local y alpujarreña .. desde entonces no suben los jornales y afecta a todos por igual, cuando se exponen esos sueldos a cuantos han preguntado?, den un poco de seriedad y si no pagan el mínimo establecido denuncienlo pero no suelten la piedra y escondan la mano .. acusar a todo el sector por unos pocos no lo veo ético ni profesional.

    Nadie los ata, ni les ponen impedimentos para que emigren a zonas donde les dan casas ajardinadas con trabajos de 1.500 euros .. no seamos hipócritas ni cínicos.

    1. Elobispo says:

      Heh, de eso nada Nikope, claro que se usan aguas residuales, no directamente sino parcialmente depuradas, con una concentración de E.Coli impresionante…, esto es lo próximo

    2. Violeta says:

      sólo en la unidad agraria de El Egido se utilizan exactamente 13,6 hm3 anuales de aguas residuales tratadas. Supuestamente deberían llevar tratamiento terciario, pero esto subiría el precio del agua muchísimo. Pregúnte a Aqualia a cuanto vende el agua y si es posible tratarla con ese presupuesto.

  11. Nikope says:

    A Cristina Sánchez, aquí la esclavitud la laboral llega a todos, las mujeres que trabajan en los almacenes no cobran las horas extras, echan de 8 horas a 12 horas sin defensa sindical y si protestan a la calle y traen las mujeres que haga falta desde marruecos, los camioneros para llegar a los mercados a tiempo se dan autenticas palizas y ven a los hijos 4 días al mes, los agricultores están endeudados por los bajos costes y tienen a toda la familia trabajando codo con codo con quien contrata en los momentos puntuales que se necesita mano de obra, en fábricas del sector se trabaja de lunes a sábado sin vacaciones, muchos camareros tal y como firma el contrato firman el despido, todo en esta tierra es sacrificio por desgracia.

    Cuando se Habla de El Ejido parece que es una isla y no es así, esta problemática afecta tanto al Levante, a la Capital como al Poniente, no es solo de un pueblo. Ahora bien que se usa como un muñeco de feria para tirarle piedras pues disfruten y sigan sin ver que el problema afecta a todos.

    Que hace la Junta al respecto?, nada, solo exigirle a las mujeres que se saquen el carnet de manipulado 60€ y a los agricultores obligarlos a usar camiones para el trasporte de la mercancía a la alhóndiga o cooperativa, etc.

    Solo les interesa sacar dinero de aquí .. no les interesa dar solución a los problemas sociales.

    Ojo, el problema de unos pocos es problema de todos pero esto no se soluciona tirando mierda a unos y alabando a otros. Hay que trabajar desde todos los ámbitos si realmente interesa una integración plena como siempre hay intereses que evitan que esto ocurra.

    El mayor problema es el religioso en los musulmanes y el hecho de enviar parte de lo ganado a su tierra de origen .. lo segundo les imposibilita llevar una vida como la que llevan los argentinos por ejemplo.

    Hay muchas cosas para interactuar, bailes típicos de sus países, comidas, ropas, etc .. si las administraciones ayudan y hay voluntad por parte de los grupos sociales se podrán acercar socialmente unos grupos a otros ..

    Yo propuse modificar la feria de El Ejido y hacerla al estilo de Genève (Ginebra) donde se ponen casetas gastronómicas de todos los países .. hay que aportar y no restar.

    Pero recuerdo que echando mierda solo consiguen separar aún más a todos entre si.

    1. manolo says:

      solo este comentario de todo lo que he leído es constructivo y tiene conciencia de la realidad, que no es solo la que se muestra arriba, por supuesto que no.
      Pero eso, hala! ahí va la mierda.

    2. Juanita Calamidad says:

      Con todos mis respetos, las ferias gastronómicas…no resuelven el problema principal: igualdad de derechos e igualdad de salarios. Eso permitirá una convivencia normalizada. Me parece indignante que alguien pretenda que nuestros esclavos se hagan amigos nuestros con unos cuscus y un encuentro de danzas. Nos engañan con los problemas «interculturales». Las guerras y los conflictos no tienen nada que ver con la cultura. Son luchas de intereses, que usan (a veces) la cultura como excusa para que los pobres vean enemigos donde deberían ver posibles aliados en la lucha contra la explotación.

      1. Nikope says:

        Preguntale a tu marido a los cuantos días sin trabajar es expulsado de Dubai o de Suiza? ..

        Si aplicáramos esas leyes acá que pronto solucionaríamos muchos problemas.

    3. yolanda says:

      estoy de acuerdo contigo .es mucho mas profundo incluso para el propio agricultor que se lo comen los bancos y el mercado, este sistema de mercado nos esta comiendo a tod@s

  12. Juanita Calamidad says:

    Sigamos comprando en el Carrefour, que nos sale más barato el tomate…Y mirando para otro lado.

  13. Raúl Feranández Justo says:

    Espeluznante la fotografía del satélite.¿Acaso será este el primer «botón de muestra» que vislumbra lo que será el s.XXI en Europa?Crecen las bolsas de pobreza en el extraradio de las grandes ciudades europeas,disminuyen coberturas médicas y sociales de todos los estados para hacer frente a déficits y deudas impagables.Mrginación,explotación y exclavitud…¡bienvenidos al siglo XXI.Gracias por tan magnífico reportaje.

  14. cristina says:

    Sinceramente tampoco veo la originalidad del reportaje, es más de lo mismo, y con los mismos protagonistas. ¿Es que alguien se piensa que el trabajo de un agricultor o un ganadero no es duro? ¿Qué nuestros abuelos que se han dedicado al campo saben lo que son las vacaciones y las jornadas laborales?

  15. Carlos says:

    Hola, soy agricultor y empresario en Almería que, como bien habéis señalado antes, representa una parte muy importante de las exportaciones españolas. Y por tanto, con la que está cayendo, uno de los motores económicos del país.
    Este modelo económico es de los pocos donde la riqueza se encuentra muy repartida: hay muchísimas explotaciones familiares que hasta hace poco permitían mantener a dos o tres miembros con un sueldo medio neto (si lo comparamos con una nómina) de 1.500 €/mes y 14 pagas. Como veis, nada de hacerse millonarios, pero que permitía vivir muy bien en Almería.
    Desde luego hay un problema grave con la inmigración, pero no está en manos de la agricultura solucionarlo. Que yo sepa los agricultores no tienen competencias en asuntos sociales.
    Yo personalmente, junto con mi mujer, he trabajado muchos años en nuestro invernadero familiar, hasta hace cuatro años que lo tuvimos que abandonar porqué ya no cubríamos costes, unos 0,55 €/kg, contando todos los gastos: mano de obra, insumos y amortizaciones.
    Os puedo asegurar, y tengo acceso a los datos de más de 140 agricultores, que el 90% de ellos pagan más de los 45€ estipulados, primero porqué los propios trabajadores conocen sus derechos, sobre todo a cuanto se paga. Es cierto que por cómo está montado el sistema, muchas veces es imposible dar de alta a la persona a tiempo para realizar el trabajo. Otra cosa son las personas que llegan desesperadas porque llevan semanas o meses sin trabajar. Por estos casos, y a modo ilustrativo, nosotros tomamos la costumbre de trabajar encerrados en nuestro invernadero, porqué muchos se ponen violentos sí no les das trabajo (sobre todo sí hay una mujer sola), o porqué llegan y se ponen a trabajar sin decirte nada a ver sí les das trabajo, a parte del susto que te llevas cuando levantas un segundo la mirada y te encuentras detrás de ti una, dos y hasta cinco personas.
    Obviando la visión sesgada que mostráis en el artículo, hay muchísimas personas integradas en Almería: en mi calle (de dúplex, por cierto) tengo vecinos(con niños amigos y compañeros de mi hijo): marroquíes, lituanos, argentinos, senegaleses y una familia de Nigeria. Aquí discrepo de un comentario anterior: la comida sí que une.
    Habéis ido a un sindicato, que por motivos de corrección política y de funcionamiento están atados de pies y manos para responder ese tipo de preguntas. Como caso ilustrativo: sí ustedes le preguntan a un guardia de tráfico sí se pueden saltar una línea continua cuando llevan a su mujer al hospital a punto de dar a luz, la respuesta será la misma: “mi respuesta es que no” Que hay trabajadores, inmigrantes o no, sin dar de alta en Almería, en Madrid, en Barcelona y como mal generalizado por toda España es vox populi (cuidadito los listillos de esas regiones más independientes que he trabajado por todas las provincias)
    Por otro lado, me he molestado en llamar a los otros dos sindicatos (conozco al personal) y es cierto que habéis contactado con ASAJA, pero ¿con quién de los otros sindicatos habéis hablado? Con nadie.
    Como final quisiera decirle a todo el mundo que sí, tenemos problemas graves, pero no más que otros sectores. Que cuando trabajas ocho horas con alguien de otro país siempre puede la curiosidad y las ganas de aprender y el compañerismo que se crea porqué en casi todos los casos el “jefe también coge sandías, tomates, quita malas hierbas,…”

    1. Antonio says:

      Totalmente de acuerdo con Carlos y a favor de todos los honrados agricultores almerienses que son el 99% de los casos. Cualquier persona que conozca bien Almeía sabe que este articulo esta MUY SESGADO, claro que se dan este tipo de realidades totalmente denunciables, pero esto ocurre en todos los sectores y en todas las provincias POR IGUAL. Si tenemos en cuenta la cantidad de mano de obra que mueve la agricultura en almeria, dudo mucho que el porcentaje de trabajadores irregualres sea superior al del resto de actividades.
      Noticias como la de los pepinos alemanes no ayudan a que este problema se solucione, todo lo contrario, crean mas precariedad tanto para empresarios como para trabajadores de la agricultura.

  16. lolo says:

    Lo siento pero para mi un artículo que acusa a una provincia entera y a un coletivo entero de esclavizar a las personas tiene CREO credibilidad, sobre todo cuando ni os habeis molestado en poner algo de las MILES de personas que han encontrado una vida mejor en Almería. Un saludo

  17. Jose says:

    Aqui en almeria estamos todos los agricultores ricos si ya los bancos nos dicen que no llevemos mas dinero porque no saven lo que van a hacer con el lo que ha faltado en el reportage es sacarnos los coches que usamos un ferrari para los fines de semana un porche cayene para ir al invernadero y el chalet que tenemos en la playa ( valla pandilla de ignorantes imcompetentes) porque no vais y le preguntais alos bancos cuanto debemos de prestamos o a cuantos nos han embargado la finca porque los costos de produccion superan los beneficios) no eso no interesa lo que interesa es darle a un inmigrante 100 euros para que diga delante de la camara lo que os interesa y desprestigiar a este campo que tanto trabajo les a costado sacar a nuestros abuelos y padres y que cada vez se esta undiendo mas venga seguid con vuestra labor que seguro que pronto teneis asta un club de fans

  18. FRAN says:

    El tema de la inmigracion y la explotacion es recurrente y muy vendible, cualquiera puede armar un articulo escandaloso y culpar a los que sufre en problema de la inmigracion y la dejadez institucional.

    1.-Los inmigrantes entran en España de forma descontrolada. (no los traen los empresarios).
    2.- Al ser ilegales, no tienen acceso a alojamientos ni servicios basicos, aunque el sistema garantista universal de acceso a la sanidad español, si les cubre esta faceta.(luego no son los agricultores los que les obligan a vivir en infraviviendas).
    3.- La laxitud de las autoridades en el tema de la inmigracion y la falta de cualificacion provocan dos paradojas.
    a.- el agricultor necesita mano de obra (legal) y esta dispuesto a contratarla, pero no la encuentra.
    b.- Este tipo de inmigrante no tiene cualificacion y solo puede dedicarse a labores basicas del campo.
    El casamiento de ambas necesidades esta dado.
    4.- Efectivamente el panorama cuando se visita el campo sin conocer la situacion no es del agrado, y menos de los residentes nacionales o inmigrantes. Y desde luego incomprensible para terceros que se asoman a esta realidad, luego no podemos culpar que existan esto articulos y se demonice a los almerienses, (pero señores tengan cabeza).
    Como veis con un poco de logica se puede matizar mucho todo, incluso se puede dar la vuelta a esta informacion, el populismo no es bueno y menos para temas humanos como estos. Señores hay que dejarse de demagogia y atacar las verdaderas fuentes de la pobreza, que estan en:
    1.- Paises empobrecidos bajo regimenes dictatoriales a los que los paises europeos no les respiran. Y provocan el abandono de sus poblacion de forma masiva.
    2.- A europa no le interesa un sistema productivo como el almeriense con una amplia economia social, y reparto de la riqueza, es mucho mas interesante producir en terceros paises, luego siempre se atacara a Almeria.
    3.- Grandes cadenas que exprimen los margenes y a los agricultores hasta los limites de la ruina.
    4.- Politicos que no atajan la inmigracion y ponen los medios para que no entren en el pais y para legalizar (exigiendo trabajo e integracion al inmigrante). y que exijan a terceros paises comportamientos democraticos y respeto de los derechos humanos.
    Esta pequeña introduccion la podria hacer mucho mas larga, pero comprendo que la realidad es mas aburrida, espero que alguien la valore.
    Atte un Ejidense, agricultor, totalmente concienciado con los derechos humanos, totalmente cumplidor de la legalidad y victima de la persecucion mediatica y las opiniones preconcevidas.
    Un Cordial saludo a todos.
    Gracias.

  19. JOSE ANTONIO HIDSLGO JIMENEZ says:

    MAÑANA MI MADRE SE IRA A LIAR PEPINOS,
    ESTARO TODO EL DIA A MAS DE 3O GRADOS, Y VOSOTROS CRITICANDO A LOS QUE LEVATARON ESTA TIERRA DESDE EL SIGLO XIX. PANDILLA DE IGNORANTES, TENEIS QUE LEER IBROS DE HISTORIA SOBRE LA BAJA ALPUJARRA.
    ADEMAS NO COMENTAIS COMO TENEMOS QUE CRERRAR LOS INVERNADEROS Y VALLARLOS ARA QUE NOS NOS ROBEN SEMANALMENTE. Y YO ME PREGUNTO ¿SI ME VIY PARA ALEMANIA A VVIR EN UNA CHABOLA (COSA QUE NO HACEN LOS LITUANOS O RUMANOS)? ¿TIENEN LA CULPA LOS ALEMANES? … MI MADRE TIENE 56 AÑOS Y TRABAJA EN EL CAMPO DESDE LOS 14 AÑOS.
    UN JOVEN AGRICULTOR DEDE LOS 16 AÑOS.

  20. Juanita Calamidad says:

    Me vais a perdonar los que os sentís ofendidos, pero yo no veo en ninguna parte del artículo que se diga que el 100% de los agricultores almerienses sean unos explotadores, ni que todos vayan en Mercedes y ninguno trabaje en los invernaderos. Claro que está sesgado, es un artículo sobre la explotación, no sobre la gente que vive y trabaja con normalidad, dentro de la dureza en el campo. Es como criticar un artículo sobre la violencia de género o negar que ésta exista porque mucha gente no maltrata a nadie, o porque algunos hombres son víctima de maltrato.
    Soy de familia agricultora y, a la vez, soy pareja de inmigrante. Así que sé de lo que me hablo, por los dos lados, y no creo que el artículo exagere lo más mínimo. Si acaso se queda corto, porque el sufrimiento peor, el de sentirte desesperanzado de lograr algún día una vida mejor, además de despreciado y humillado a diario no sale en las fotos, ni puede medirse en estadísticas.
    Que la culpa no es de los agricultores almerienses (o al menos, no toda la culpa y no de todos los agricultores) es más que evidente. De hecho, todos los que consumimos siguiendo un modelo de grandes explotaciones y bajo coste, estamos creando esclavos.

    1. Juanita Calamidad says:

      Y, también es evidente, por si quedaran dudas, que no son sólo extranjeros los que trabajan como esclavos en este país. Pero eso no quita verdad a lo que cuenta el artículo.

      1. Antonio says:

        Copio y pego textualmente del articulo, en la parte que habla sobre las indemnizaciones procedentes de Europa por el brote Ecoli;

        «Sin embargo, los miles de trabajadores indocumentados y sin contrato que no pudieron trabajar esos días, que, por tanto, no recibieron jornal alguno y que en muchos casos tuvieron que ser atendidos y alimentados por la Cruz Roja y otras organizaciones humanitarias, no se beneficiarán de forma alguna de estas grandes cifras. Cantidades que en muchos casos serán recibidas por empresarios que utilizan “mano de obra esclava”.

        ¿miles de trabajadores indocumentados?
        ¿grandes cifras?
        ¿cantidades recibidas en muchos casos por empresarios que utilizan esclavos?

        Creo que a estos dos periodistas, en una tarde paseando entre invernaderos solo les dio tiempo a ver la realidad que ellos deseaban encontrar.
        Dejan muy mal a empresarios, trabajadores… y lo que es peor, a una provincia entera.
        Esta muy bien que periodistas denuncien este tipo de situaciones, pero que lo hagan siempre desde el estudio, el conocimiento global de la situación y el entorno, contrastando información… y no desde la exageración y el sensacionalismo, lo cual no ayuda mucho.

        Para colmo la respetable opinión de Spitou en negrita para que quede bien claro: «Almería no integra, no forma, no educa. Almería explota»

        Estoy profundamente indignado con este articulo.

  21. JOSE ANTONIO HIDALGO JIMENEZ says:

    Yo tambien podria hacer un documental fotografico criticando a los sevillanos (imagenes del barrio de las 3000 vivinedas) o a los madrileños (imagenes de la cañada real). Pero considero que seria un acto de cobardia y de engaño a la realidad; no hay nada peor que atacar a un hermano utilizando al extraño. Me voy a la cama que mañana vamos a liar pepinos..¿sabias lo que vale las semillas para una hectarea? Acabo de pagar hoy 3.500€…con una tarjeta especial de la Caja Rural de Almeria-Cajamar(acaso pensabais que aqui no hecemos prestamos anuales para poder sobrevivir)…

  22. Salvador says:

    Os habéis puesto a pensar a quiénes benefician y a quienes perjudican estas campañas gratuitas de desprestigio. Supongo que no. Id allí, al campo almeriense, patead todas las zonas productoras, haced un riguroso estudio económico y social, no un reportaje amarillista y sensacionalista como el que aquí habéis presentado. Después volved a hacer otro artículo, veréis que será bien distinto a este.

  23. francisco javier says:

    si todo esto es verdad, porque todos los que estais de acuerdo y el autor no vais al juzgado y denuncias lo que pasa, o es que todo esto es una gran mentira pagada por los lobbys abituales

  24. Encarni says:

    El reportaje en sí no está mal. Es duro y nos muestra una cara de nosotros mismos que no nos gusta. Esta realidad desgraciadamente existe, pero tiene muchas más caras que no se tratan aquí (al menos en esta primera parte).
    Mis padres son agricultores. No son ilegales y duermen bajo techo, en una casa muy modesta, pero no de plásticos y cartones como estos inmigrantes. Sin embargo se sienten como esclavos. Mi padre empezó a trabajar con 12 años, va a cumplir 60. Trabaja de lunes a domingo, todas las horas que el cuerpo le aguante. Se lo piensa y repiensa antes de meter mano de obra en la explotación: seguramente no va a cubrir costes, y encima se arriesga a una multa por emplear a inmigrantes ilegales.
    Al final, después de muchísimo trabajo pagan los préstamos de la campaña y se quedan como empezaron: sin un duro, a veces incluso con más deudas. Y encima cada vez más molidos y cansados. Si la explotación fuese rentable, podrían dar trabajo a otras personas y no se matarían a trabajar para pagar las facturas.
    Mientras tanto su hija, o sea yo, compro en Madrid esos mismos productos hortícolas a un precio 5 veces superior.
    Evidentemente hay empresarios de la agricultura que han hecho mucho dinero en Almería, pero también hay muchas familias con pequeñas explotaciones que vivieron tiempos en los que se podía ir tirando, sin grandes lujos, pero que están viendo cómo su modo de vida está en peligro. Si no pueden mantenerse ellos, ¿cómo van a generar empleos, riqueza y bienestar para los inmigrantes?? Sólo generan riqueza para los que están sobre ellos en esta inmensa cadena de la industria alimentaria. Así luego nosotros pagamos los precios que pagamos: el eslabón más importante de la cadena, el agricultor, es muchas veces el más débil y sobre el que más presión se ejerce.
    Evidentemente todo esto que acabo de decir no justifica los abusos que cometen algunos empresarios, ni mucho menos. Simplemente la situación es mucho más compleja de lo que parece.
    Ah…un último apunte…no conozco a NADIE que haya recibido ayudas a la agricultura de la UE. Si están un poco mejor económicamente ha sido a base mucho esfuerzo y sacrificio. Eso sí, creo que las explotaciones de la Duquesa de Alba en Sevilla se llevan una pasta en subvenciones. Dónde está la lógica??…

  25. PeriodismoSevillano says:

    Almería si integra, Almeria si forma, Almería si educa, Almería no Explota, Almeria es un referente en interculturalidad, integración de culturas e investigación sobre migraciones, genero y grupos vulnerables. De hecho el Master que se imparte en la UAL sobre estas materias es uno de los mas prestigiosos y demandados de España, de donde están saliendo excelentes profesionales en la materia. http://www.ieei.ual.es:81/index.php?id=publicaciones

    El colegio de educación infantil Juan Sebastian Elcano, en San Isidro (Nijar) fue premiado con el galardon nacional de ciudadanía intercultural y educación, Zaragoza 2009. Es un autentico ejemplo de como aprovechar y canalizar con éxito la riqueza étnica un lugar.
    http://ceipelcano.es/web/index.php

    Almería, si de algo puede presumir es de ser un referente en asuntos migratorios. Esto parece tener menor importancia para estos «periodistas» que casos aislados y concretos de explotación.

    Enfoquen este delicado tema de otra manera, comiencen elogiando la dura labor de esta maravillosa provincia de Almería en migraciones e interculturalidad, y después denuncien estos casos particulares de explotación que por supuesto que ocurren, pero no exageren, o perderán la parte mas humana y almeriense su excelente noticiero.

  26. Antonio says:

    Almería si integra, Almeria si forma, Almería si educa, Almería no Explota, Almeria es un referente en interculturalidad, integración de culturas e investigación sobre migraciones, genero y grupos vulnerables. De hecho el Master que se imparte en la UAL sobre estas materias es uno de los mas prestigiosos y demandados de España, de donde están saliendo excelentes profesionales e iniciativas en la materia. Os animo a que conozcan más sobre el «V congreso internacional de educación intercultural» que se celebra en Almería la segunda semana de Noviembre de 2011, o el grupo de investigación HUM-665 de la Universidad de Almería «Investigación y Evaluación en Educación Intercultural».

    El colegio de educación infantil Juan Sebastian Elcano, en San Isidro (Nijar) fue premiado con el galardon nacional de ciudadanía intercultural y educación, Zaragoza 2009. Es un autentico ejemplo de como aprovechar y canalizar con éxito la riqueza étnica un lugar.

    Almería, si de algo puede presumir es de ser un referente en asuntos migratorios. Esto parece tener menor importancia para estos “periodistas” que casos aislados y concretos de explotación.

    Enfoquen este delicado tema de otra manera, espero que para la segunda parte de este articulo tengan en cuenta el importante papel que esta jugando Almería en el desarrollo intercultural de España.
    Denuncien estos casos particulares de explotación que por supuesto que ocurren, pero también ocurren como han visto cosas muy positivas relacionadas con el mismo tema que no deben ser obviadas ni olvidadas si quieren informar de forma global y aportando todas las caras del asunto.
    Veo normal que mucha gente se sienta ofendida con este articulo, sobre todo los que conocemos la verdadera realidad de Almería.
    Confío en que aparezca la parte humana de estos periodistas en la segunda parte del articulo.

  27. Gabriel Bonino says:

    Hola,

    Me parece que el abuso de Instagram perjudica seriamente este reportaje, se intenta obtener un efecto retro pero veo fotos que maltratan la vista. Que pinta el gato?.

    Habiendo gente que hace blanco y negro con film, y bastante bien, se tiene que llegar a esto. Porque?.

    Con lo facil y barato que es tener algo de calidad, seamos serios.

  28. LoFlipo says:

    No soy agricultor, y aunque soy de Almería no me gusta la agricultura intensiva bajo plástico que tenemos aquí. Pero la verdad es que me decepciona ver la traición a la que nos sometemos nosotros mismos… el campo almeriense NO esclaviza, sí lo hace la gente de la que depende el sistema actual (principalmente polñiticos, asesores de los mismos y los «lobis» que los manejan a golpe de «favores»). Y francamente, me decepciona que vendáis vuestra «independencia y profesionalidad». Para ello, hubiera sido más acertado empezar por la rigurosidad e imparcialidad, rasgos ausentes en el «reportaje»…

  29. ANGELO RAFAEL says:

    Excelente reflexão, desmitifica o que no ambito global a realidade de supexploração da força de trabalho.

  30. miki says:

    Me encanto el articulo,buenisimo!!!
    Como se aprovechan de los sinpapeles,yo estuve en lorca haciendo encuestas(explotado por cierto) y flipe con la cantidad de inmigrantes que vivian en un piso (minimo 4 o 6 por habitacion),cansados como burros de trabajar todo el dia y aun me hacian la encuesta y me sorprendio la cantidad de ellos con titulaciones superiores,desgraciadamente yo si que creo que en general tratamos a los inmigrantes como mano de obra barata sin derechos ni ataduras,tambien es cierto que las grandes compañias alimentarias se comen todo el. pastel y los empresarios se aprovechan de los inmigrantes para aumetar sus beneficios ,ya que casi todo se lo quedan esas. compañias.
    YO CREO QUE TODO DEBERIA ESTAR CONTROLADO POR EL ESTADO…QUE CONTROLARA PARA QUE TODO EL MUNDO CONSIGUIERA UNA RETRIBUCION JUSTA.
    NO ES NORMAL QUE UN INMIGRANTE RECIBA(15-35) EUROS POR DIA Y LOS INTERMEDIARIOS SOLO POR COMERCIALIZAR SE LLEVEN UN 300% MAS QUE LOS AGRICULTORES QUE CONTRATAN A LOS INMIGRANTES……

  31. ANGUSTIAS BONILLA SANCHEZ says:

    Es una realidad, y si queremos quedar bien ante los demas, se deberian tratar a las personas dignamente,yo no digo que todos losempresarios agriculas son iguales, seguro que hay algunos que a sus trabajadores les dan un techo digno,pero no nos engañemos y miremos para otro lado, hay trabajadores que lo estan pasando mal. ya esta bien, menos mas que existe personas que sacan las realidades de Almeria, no solo lo maravilloso, si se quiere que no huela la mierda que tiene nuestra Almeria, tratar a las personas como se merecen con dignidad.

    1. Carlos says:

      Por el simple hecho de ser emigrantes no tenemos la obligación de darle un techo.En ningún trabajo se les dan techo a los trabajadores.

  32. Manuel says:

    Buen reportaje , totalmente de acuerdo y hablo con conocimiento de causa .llevo en almeria 30 años emigrante de otra provincia andaluza.He trabajado con inmigrantes y siempre se les ha pagado menos del convenio unos 10 o 12 euros menos por dia. Mal pagados mal tratados así es aunque no les guste oírlo . Respecto a los agricultores diferencio a los pequeños que trabaja toda la familia y apenas sacan para tirar después están los otros normalmente socios fuertes de las cooperativas o s.a.t de la zona con 10 15 o 20 hectáreas los grandes explotadores normalmente les ponen un cortijillo que meten hacinados . por poner un ejemplo donde trabaje tenia a 15 metidos en la vivienda que constaba de una habitación cocina diminuta y un wc, le descuenta por la vivienda 12 euros diarios por cada uno 12×15= 180
    5400 euros al mes vergonzoso a todos los que venian por sus medios bicicleta andando etc 32 euros cuando el convenio es 45 eso es asi por que lo he vivido yo hera el encargado de la finca.Ahora sigo vinculado a la agricultura y hablar del tema es tabu .

  33. Carlos says:

    el trabajo en si no vale nada, un periodista, debería de investigar las dos caras de la moneda.

  34. hakim says:

    He trabajado con inmigrantes y siempre se les ha pagado menos del convenio unos 10 o 12 euros menos por dia. Mal pagados mal tratados así es aunque no les guste oírlo . Respecto a los agricultores diferencio a los pequeños que trabaja toda la familia y apenas sacan para tirar después están los otros normalmente socios fuertes de las cooperativas o s.a.t de la zona con 10 15 o 20 hectáreas los grandes explotadores normalmente les ponen un cortijillo que meten hacinados . por poner un ejemplo donde trabaje tenia a 15 metidos en la vivienda que constaba de una habitación cocina diminuta y un wc, le descuenta por la vivienda 12 euros diarios por cada uno 12×15= 180
    5400 euros al mes vergonzoso a todos los que venian por sus medios bicicleta andando etc 32 euros cuando el convenio es 45 eso es asi por que lo he vivido yo hera el encargado de la finca.Ahora sigo vinculado a la agricultura y hablar del tema es tabu

  35. Una de muy izquierdas says:

    Leo y me informo a través de periodismo humano poco después de que empezara. Este artículo me pone en situación, pues nunca, nunca, debemos de tomar lo que dice nadie por palabra de dios, ni si quiera cuando es una persona profesional, ni si quiera cuando defiende unos valores que compartes.
    Soy de El Ejido y a muchísima honra y sí hay racismo, hay esclavitud, hay mucha gente de derechas pero de la mala, de la fascista. Pero también es cierto que hay muuuucha gente honrada, trabajadora, humana y comprometida, tan esclava y víctima del sistema como el más pobre de los inmigrantes. Tratar una realidad como esta obviando que es pura lucha de clases, que esta misma casuistica se da en Italia y muchos otros países, pero calcada eh, que estos son asuntos de clase, no por país de origen, que españa entera es de derechas y capitalista, que aquí hasta hace poco vivíamos con un 40% de población inmigrante con 0 políticas de integración esta no es cualquier realidad, no es vivir en cualquier lugar, esta zona es muy especial y muy valiosa y no atender su realidad como se merece me parece cuanto menos de ignorantes.

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