Los estudiantes, vanguardia de la oposición al gobierno de Puerto Rico

Manifestación de los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico el 14 de mayo (Ricardo Arduengo / AP)

Ayer una madre y un hijo pedían desde «una isla del Caribe» salir del aislamiento en el que se sienten. Llevan veintiocho días separados. Ella participaba en la manifestación que recorría las calles de San Juan, Puertor Rico, como parte de la huelga general que los sindicatos del sector público habían convocado para apoyar a los jóvenes universitarios que desde hace casi un mes permanecen encerrados en los campus del país. Él es uno de esos estudiantes que piden que la Universidad no dificulte aún más el acceso a los más desfavorecidos: que no se elimine la beca económica a los que tienen rentas más bajas y que no se encarezca la matrícula más de un cinco por ciento. La madre, emocionada y orgullosa, reivindica que los jóvenes han sido los primeros en plantar cara al gobierno que desde hace un año y medio «ha despedido a miles de trabajadores, despojándoles de sus derechos, y ha recortado el gasto en sanidad, en educación y en otros sectores escudándose en la crisis financiera internacional«.

Mabel Román envío un mensaje el viernes a periodismohumano pidiendo atención. «El jueves la administración prohibió que los padres y los profesores lleváramos agua y comida a nuestros hijos. Prohibieron cumplir con nuestro derecho y deber de alimentar a nuestros hijos. En medio de mi estado de desesperación, me di cuenta de que sólo la comunidad internacional nos podía ayudar y en quien primero pensé fue en periodismohumano». Mabel Román lleva años trabajando en Península de cantera, una organización dedicada al desarrollo conjugando la sociedad civil, el sector público y el privado. Pese a estar habituada al ambiente del activismo, está sorprendida porque «esta crisis ha conseguido unir más a la población. Sectores conservadores críticos con los jóvenes, cambiaron de opinión cuando vieron las imágenes en las que los policías tiraban la comida que colectivos de artistas llevaron a la universidad el viernes. ¡Preferían que estuviera en el suelo a que se la comieran los chicos! Como decimos las madres, ¡pero si hasta los presos tienen derecho a alimentarse! Y nuestros hijos no han cometido ningún crimen».  Fue entonces cuando grupos de ciudadanos empezaron a buscar las vallas de los campus más desprotegidas por la policía para tirar a los estudiantes latas de comida y bebidas.

Todo comenzó veinticinco días antes, cuando la administración universitaria dio por terminadas las negociaciones con los representantes estudiantiles que rechazaban la reducción del presupuesto para la universidad en cien millones de dólares, así como la eliminación de la exención de gastos de matrícula y becas para los que tienen rentas más reducidas. Los estudiantes, apoyados por la mayoría del profesorado, convocaron un encierro de dos días que terminó convirtiéndose en indefinido ante la negativa de la universidad a retomar las conversaciones. El gobierno mandó cerrar los accesos a los campus y estableció puestos de policía de choque (antidisturbios) para impedir entrar o salir de las instalaciones repartidas por la isla.

El viernes pasado, ante la denuncia de profesores y padres, un tribunal condenó la orden de no permitir llevar alimentos, aunque no será efectiva hasta hoy. «Ha habido agresiones a los padres y profesores que han intentado llevar la comida. Dicen que van a registrar todo lo que metamos en el campus», comenta Mabel entre las consignas de los manifestantes y las notas del concierto que la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico ofreció como una forma de sumarse al paro general. Una formación musical que también ha visto su presupuesto drásticamente reducido como parte del plan de ajuste del gobierno puertoriqueño.

La huelga general convocada por la mayoría de los sindicatos así como por la plataforma Todo Puerto Rico por Puerto Rico tuvo la celebración final en la entrada del campus de Río Piedras. (Ricardo Arduengo /AP)

El gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, del Partido Nuevo Progresista, miembro del Partido Republicano de los Estados Unidos y proanexionista, en el año y medio de gobierno que lleva presidiendo ha puesto en marcha una política, designada Alianza Público Privada, dirigida a reducir el déficit mediante el ingreso de las empresas privadas en las estatales así como con la reducción drástica del gasto público. Pare ello ha aprobado una ley que declara el Estado de Emergencia Fiscal y que permite al Estado suspender derechos laborales y sociales de los ciudadanos con el objetivo de ahorrar anualmente dos mil millones de dólares. En lo que va de gobierno, ya ha despedido a más de 15.000 empleados públicos, lo que le costó otra huelga general en octubre del pasado año en la que participaron unas 200.000 personas según cifras oficiales. Aunque no se cuentan con datos de la celebrada ayer, limitada al ámbito público, el hecho de que los principales sindicatos y la plataforma Todo Puerto Rico por Puerto Rico, liderada por el obispo Juan Vera, se hayan unido a la protesta estudiantil pone en una difícil situación al gobierno pese a que haya calificado a esta última protesta de fracaso.

El obispo Juan Vera, en el discurso que ofreció al final de la manifestación en la entrada del recinto universitario más importante del país, explicó la presencia de la plataforma que dirige y que aglutina a decenas de organizaciones contra la política gubernamental por «la profunda solidaridad con los estudiantes, ante un Gobierno que atropella a la juventud».

Llegada de la manifestación de la huelga general al campus de Río Piedras (Ricardo Arduengo / AP)

Mientras el obispo Vera pronunciaba estas palabras, José Santiago Román, el hijo de Mabel permanece encerrado a unos centenares de metros. «En este recinto, el de Río Piedras nos hemos quedado entre 300 y 400 estudiantes». José Santiago estudia Historia de las Américas y en la vida se imaginó que iba a vivir una experiencia así. Su madre tampoco: «como país no estamos preparados ni emocional ni físicamente para una represión tan brutal y evidente». Mabel tiene cuatro hijos y los dos mayores están encerrados. Hablan por teléfono y la madre hace de medio de comunicación. También para mover la información por Internet porque la Universidad desconectó el servicio. Pese a ello, el Colectivo de Prensa Estudiantil ha creado un blog y una radio desde los que informan diariamente. José Santiago parece sorprendido de todo lo vivido durante estas semanas. Ha conocido a muchos estudiantes con pocos recursos que se juegan mucho con esta reforma fiscal. Cada día está más convencido de la causa. «Aunque ahora tenemos que preparar la salida. Organizarla bien pero tenemos que salir para ser más visibles». Mientras su madre Mabel, como tantos otros ciudadanos se preguntan si el gobierno federal estadounidense se pronunciara sobre lo que califica como una «clara violación de derechos civiles». Y se vuelve a la manifestación después de recordar cómo los jóvenes «que creemos tan acostumbrados a las comodidades, las han dejado para luchar contra un gobierno neoliberal, enfrentándose con los policías armados, enfrentándose al miedo y entregándoles flores y cantando consignas pacifistas. Estamos muy orgullosos de nuestros jóvenes».

3 thoughts on “Los estudiantes, vanguardia de la oposición al gobierno de Puerto Rico

  1. roberto torres collazo says:

    Como bien dijeran la Organización puertorriqueña ‘Madres Contra la Guerra» en esta huelga: los estudiantes se hacen eco de el sentir de toda una nación emprovecida. Por esto y mucho más hay que apoyarlos y solidarizarnos. ¡Vivan los estudiantes!.

  2. Chloe says:

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