Media estatua contra el SIDA

En medio de su peor etapa política, el presidente Zapatero recibe un homenaje. Bueno, un medio homenaje. La otra mitad la recibirá cuando cumpla completamente su compromiso en la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis. Y es que hoy, frente al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de España, la coalición de ONG Tenemos Sida ha entregado a las doce del mediodía de la mitad de un busto del presidente de dos metros de altura. El objetivo de la campaña: que el gobierno de España mantenga su compromiso de aportar 150 millones de euros anuales al Fondo Mundial dedicado a la lucha de estas tres enfermedades, como ha hecho desde 2008, pasando de ser el décimo contribuyente al quinto. Felicitaciones, por tanto, pero también temor a que en esta situación de crisis económica , el ejecutivo español no revalide estas aportaciones para los tres próximos años en la próxima Conferencia de Donantes que se celebrará a principios de octubre en Nueva York.

La plataforma Tenemos Sida está formada por Médicos Sin Fronteras, A+MAS, Fundación Ecología y Desarrollo, GlobalSIDA, ICW, MAS+MADRID, RED 2002, World AIDS Campaign y Fundación Triángulo. Y detrás de este acto, está también el apoyo a una institución que ha conseguido unos resultados sorprendentes en tan sólo ocho años, el Fondo Mundial para la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis. Por aquel entonces, sólo 400.000 personas infectadas por el VIH recibían tratamiento. Hoy son más de cuatro millones. En 2008, dos millones de niños vivían con el virus VIH, la mayoría contagiados por sus madres en el parto o mediante la lactancia. Este ámbito es uno de los ámbitos a los que más recursos se destinan: hoy 800.000 mujeres reciben tratamiento para prevenir la transmisión a sus bebés, el 45% del total que lo necesitarían aproximadamente. Catorce millones de niños han perdido al menos a uno de los dos progenitores. Un millón y medio recibe asistencia. Y más cifras, cifras, cifras, cifras.

Pero la realidad, las cifras más altas, sigue siendo que cada día 7.500 personas se infectan con el VIH -dos millones al año-, 33 millones tienen el virus y cada año dos millones de personas mueren. Y en los últimos meses, los informes de Médidos Sin Fronteras o la Coalición  Internacioal para los Tratamientos Preparados (ITPC) muestran un evidente descenso en la financiación obtenida para la lucha contra esta pandemia.

Vanessa López, directora de la ONG Global SIDA, denunciaba hace unos meses en un artículo en El País cómo los países donantes habían acordado en el Fondo Mundial reducir el presupuesto y apuntaba «los gobiernos donantes allí presentes, entre ellos España, presionaron para tomar esta decisión, pero podrían haber tomado otra opción y exigir a los países que no están pagando adecuadamente que aporten más recursos. ¿Acaso resulta más fácil decir a una país pobre que se quedará sin financiación que decirle a un país rico que tiene que pagar?, ¿por qué España, que desde 2008 ha venido aportando su «cuota justa» al Fondo Mundial, en lugar de apoyar el recorte de la financiación no pide a los países ricos que están contribuyendo con recursos por debajo de sus posibilidades que aporten lo que tienen que aportar?».

Carlos Ugarte, responsable de Relaciones Externas de Médicos sin Fronteras España, lo explicaba así en su Enfoque en periodismohumano: «Y es que se puede decir que la iniciativa global en la lucha contra esta enfermedad, corre serio riesgo de morir de éxito. Lo expresa claramente el doctor Templeman en uno de los testimonios desde áfrica contenidos en el video:  “ Lo que vemos que está ocurriendo ahora tras años de adecuada gestión, es que los donadores de todas partes vienen y ven que el éxito del tratamiento va a ser un handicap, ya que una vez que comienzas a administrar el tratamiento de VIH /Sida a una persona, te comprometes con el de por vida “. Por tanto, los recortes a la financiación de la lucha contra el Sida, no derivan de la mayor o menor eficacia  de los programas de tratamiento emprendidos durante estos años,  sino que son una clara manifestación del egoísmo puesto de manifiesto por la actual crisis económica entre los países con mas recursos que pueden y deben mantener la ayuda».

Y más cifras. El sida, la malaria y la tuberculosis se cobran en total la vida de unos 5,5 millones de personas cada año en todo el mundo: 15.000 fallecimientos diarios.
El VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria son una de las principales causas directas de sufrimiento humano, pero también de deterioro de la situación socioeconómica de los pueblos más afectados. Estas dolencias tienen impactos devastadores en países frágiles y empobrecidos, y amenazan con serlo en otros emergentes, al afectar a todas las capas de la población: deshacen las estructuras familiares, profundizan la brecha de la desigualdad de género afectando considerablemente la situación psicosocial y económica de las mujeres y las niñas y otros grupos vulnerables, disuelven las redes sociales, merman la fuerza productiva, amenazan gravemente la seguridad alimentaria y aumentan la inestabilidad política.

En periodismohumano le ponemos cara y nombres a las noticias. Pero hoy nos hemos quedado con las cifras. Cifras indignas que sólo se reducirán con otras cifras, las que destinen los países ricos a erradicar estas enfermedades.

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