«Hoy es 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos (…) yo, que soy defensora de los Derechos Humanos, estoy en huelga de hambre desde hace 25 días a causa de la injusticia y de la falta de respeto de los Derechos Humanos».
Aminatou Haidar ha enviado una carta en la que ha recordado a «los compañeros encarcelados, sufro pensando en lo siete activistas de Derechos Humanos que, por decisión arbitraria del gobierno marroquí, van a comparecer ante un tribunal militar y son amenazados con la pena de muerte. Pienso también en la población saharaui, oprimida y reprimida diariamente por la policía marroquí en el Sáhara Occidental. Y pienso en su futuro».
Mientras la salud de la activista saharaui más reconocida internacionalmente se debilita, la sociedad civil ha reforzado las manifestaciones públicas para salvar su vida y su deseo de «abrazar a mis hijos, deseo vivir con ellos y con mi madre, pero con dignidad». Entre otras, numerosos universitarios se han manifestado en varias ciudades españolas, muchos ayuntamientos apagarán su alumbrado navideño durante veinticinco minutos, una marcha silenciosa y con velas, la Marcha de las Luciérnagas, recorrerá el trayecto que une la Puerta del Sol y el Ministerio de Asuntos Exteriores y el periodista Pedro Barbadillo ultima el documental sobre la activista saharaui, a la que acompaña desde hace años, y con la que se encontraba cuando fue detenida en El Aaiún. «Aminatou volvía de Nueva York de recoger el Premio al Coraje Civil de la Fundación Train. Hablé con ella y me dijo que era muy probable que la detuviesen a su llegada al Sáhara , por lo que el fotógrafo Pedro Guillén y yo decidimos acompañarle. Nos unimos a ella en Las Palmas y en cuanto llegamos al aeropuerto de El Aaiún, que estaba tomado por el ejército, nos separaron de ella y nos estuvieron interrogando durante siete horas. Nos acusaban de haber cometido un delito gravísimo, de haber grabado objetivos militares (por el aeropuerto) y nos amenazaban con quitarnos los equipos.Se quedaron con las cintas y nos enviaron de vuelta a Las Palmas a las siete de la tarde. Mientras no sabíamos nada de Aminatou. Hasta el día siguiente cuando fue enviada a Lanzarote». Barbadillo ya había realizado un documental sobre Haidar, Con el viento de cara, en el que recorría la trayectoria de una mujer que ya en en 1987, con sólo 21 años, por participar en una manifestación pacífica para exigir el referéndum de independencia fue encarcelada sin cargos ni juicio durante cuatro años en las llamadas cárceles secretas, donde fue torturada. En 2005, volvió a ser condenada a siete meses de prisión en un juicio que fue denunciado de irregularidades por un observador de Amnistía Internacional. Gracias a la presión internacional, incluida una resolución del Parlamento Europeo que exigía su liberación, fue puesta en libertad. Desde entonces ha recibido prestigiosos premios e incluso estuvo nominada para el Premio Nobel de la Paz en 2008.
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Amnistía Internacional recoge más de 50.000 firmas
La campaña de recogida de firmas de Amnistía Internacional para la liberación inmediata de 8 presos de conciencia y la vuelta al Sahara Occidental de Aminatou Haidar ya cuenta con más de 52.000 firmas dirigidas al primer ministro marroquí. Según Miguel Ángel Calderón, responsable de comunicación de Amnistía Internacional España, «Pueden parecer muchas, y lo son, pero es necesaria mucha presión para que el gobierno marroquí rectifique. No se trata de una situación humanitaria sino de una violación de derechos humanos. Es fundamental no sólo que el gobierno marroquí deje de hostigarla sino que garantice su derecho a la libertad de expresión. Tanto Aminatou como el resto de los presos son de concienciaporque están siendo castigados única y exclusivamente por hacer uso de su libertad de expresión». Amnistía Internacional hace hincapié en la gravedad y urgencia de resolver la situación y explica que las firmas recogidas «se envían directamente al primer ministro marroquí para hacer la mayor presión y lo antes posible».
La campaña de AI comenzó por el encarcelamiento de los siete activistas de derechos humanos saharauis y el periodista marroquí que fueron detenidos por Marruecos en octubre. Éste último,director de la publicación semanal Almichaal, fue detenido el 15 de octubre tras publicar un artículo sobre la salud del rey Mohamed VI. Fue declarado culpable de difundir información falsa con “intención maliciosa” y fue encarcelado inmediatamente, a pesar de que la defensa había recurrido contra el fallo. «Está en régimen de aislamiento, nole dejan salir al aire libre tanto tiempo como a otros reclusos y tiene que dormir sobre unas mantas», nos explican Calderón. En cuanto a los otros siete activistas saharauis, que fueron detenidos cuando volvían de los campamentos de refugiados de Tinduf, forman parte del endurecimiento de la represión que los defensores de derechos humanos, periodistas, abogados y observadores han sufrido y constatado desde el mes de octubre. Serán juzgados por un tribunal militar que los juzgaran por delitos contra la seguridad y la integridad territorial, y podrían ser condenados a muerte.
Escalada de represión en el Sáhara Occidental
Como recoge la última denuncia de Human Rights Watch sobre el Sáhara Occidental «Marruecos ha adoptado otra medida regresiva para los derechos humanos al impedir las visitas «no autorizadas» de extranjeros a los hogares de activistas saharauis del Sáhara Occidental». La organización informa sobre cinco visitas de periodistas y abogados españoles a los que se les impidió visitar a reconocidos activistas de derechos humanos porque carecían «del permiso». Uno de ellos es el abogado Luis Malgrané quien, acompañado por la también abogada Dolores Travieso, fue a El Aaiún como observador del Consejo General de la Abogacía para el juicio de Hassana Alouate. «Antes del juicio fuimos a visitar a Hassan Duihi, miembro de la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones Graves de Derechos Humanos. A los diez minutos, varios policías llamaron a la puerta y después de hablar tres minutos con Hassan tuvimos que irnos porque no teníamos el permiso necesario para visitar a alguien en su casa. Yo llevo dos años yendo al Sáhara y nunca me lo habían pedido. No sabían decirme qué permiso», nos explica Malgrané, quien además es miembro de la junta directiva de la organización Um Draiga, Amigos del Sáhara de Aragón. «Al día siguiente, después de que se suspendiese el juicio de Hassana, decidí viajar hasta Boujdour a visitar a Sultana Khaya, quien había perdido un ojo durante una manifestación pacífica por los derechos de los saharauis en la Universidad de Marrakech, y a quien había conocido en España donde recibió tratamiento. «Nada más bajarme del autobús, donde ella me estaba esperando con un hermano y un amigo, una pareja de policía vestidos de paisano empezó a seguirnos. Cuando llegamos a su casa había un furgón policial y muchos policías esperándonos. Se pusieron ante la puerta y me dijeron que no podía entrar sin el permiso. Me fui a la comisaría con una hermana de Sultana y allí me dijeron que sólo me podía reunir con ella en un lugar público o en un hotel. Cuando me reencontré con Sultana estaba llorando porque estaba enfadada porque esta gente, que les niega tantos derechos fundamentales, ahora ni siquiera les dejaba estar en su casa con quien quisiera. La misma pareja de policía que siempre nos seguía se sentaron en la mesa de al lado de la cafetería donde fuimos. Y se burlaban de ella. Llegaron muchos jóvenes saharauis y más policías y se montó un cristo. A mi me retuvieron dentro y a ella la sacaron. Cuando salí, ya no estaba y a mi me obligaron a coger un taxi e irme de la ciudad». Luis Malgrané es un buen conocedor del Sáhara Occidental y de las numerosas violaciones de derechos fundamentales que se llevan cometiendo en este territorio desde hace 35 años. Sin embargo, coincide con el periodista Pedro Barbadillo y con los últimos informes de organizaciones internacionales que la situación ha empeorado en los últimos meses y que la declaración del rey Mohammed VI con motivo del 34ª aniversario de la «Marcha Verde» el pasado 6 de noviembre en el que declaró «Una persona o es marroquí o no lo es (). Uno es un patriota o es un traidor. No hay término medio». Según Luis Malgrané, las razones de este endurecimiento de la postura de Marruecos con respecto al Sáhara es un intento de «frustar las negociaciones. A lo mejor es agarrarse a un clavo ardiendo, pero lo cierto es que desde la llegada de Obama al gobierno estadounidense ha habido un cambio en los planteamientos en la ONU. Ya no se menciona el Plan de Autonomía, y el nuevo delegado de la ONU, Chistopher Ross no tiene nada que ver con su predecesor. Esto ha despertado mucho miedo en Marruecos». Pedro Barbadillo añade el hecho de que «el Ejército, que es el que en la práctica mantiene la ocupación, ha impuesto al rey una línea más dura».
Luis Malgrané describe el papel de España en la situación de Aminatou Haidar de «cómplice de un delito. La policía marroquí la metió a la fuerza en el avión, y el piloto llamó al jefe de operaciones para decirle que no podía despegar con una mujer sin pasaporte y que se negaba a viajar a España. El jefe de operaciones hizo una llamada a Madrid, que se sigue sin saber quién fue, que le ordena que la traiga y la dejan entrar en el país, supuestamente porque tenía permiso de residencia y por razones humanitarias. Y después lo del avión medicalizado, que parece que cuando la subieron ya sabían que Marruecos había denegado los permisos para ese vuelo». España le ofreció a Haidar el estatuto de refugiado y la nacionalidad española, al tiempo que pedía ayuda a la ONU para resolver la situación. En este sentido, Malgrané apunta que «en febrero en la ONU se planteó la ampliación de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental al ámbito de la protección de los derechos humanos. Si se hubiese aprobado la ONU podría intervenir ahora directamente en el tema, pero España votó en contra. En cualquier caso, España sigue teniendo margen de maniobra. Igual que Zapatero envió al Rey Juan Carlos I a mediar con el presidente argelino Abdelaziz Buteflika con motivo de la crisis del gas, un tema económico, ahora lo podría hacer por un tema de Derechos Humanos». Éste es el objetivo de la carta que ha sido presentada hoy por los premios Nobel José Saramago, Darío Fo y Günter Grass dirigida al Rey Juan Carlos y firmada por destacadas personalidades del mundo de la cultura. Apenas unas horas antes el Secretario General de Izquierda Unida, Cayo Lara, haya hecho pública unas horas antes una carta de la Casa Real, en respuesta a una en la que le solicitaba ya su intervención, y en la que el Rey se muestra dispuesto «a hacer las gestiones oportunas» pero que el gobierno español considera que «no es el momento oportuno».
Aminatou Haidar, en una multitudinaria rueda de prensa, ha declarado esta tarde que «el representante único y legítimo del pueblo saharaui es el Frente Polisario» por lo que es es con éste «con quien Marruecos tiene que negociar su futuro». Haidar ha cumplido hoy su 25º día en huelga de hambre.